Los médicos recomiendan ver el paro como algo temporal y reversible y mantener horarios regulares para superar la frustración de haberse quedado sin trabajo

El estrés, la ansiedad y las depresiones son cuadros clínicos que aparecen con más frecuencia cuando las personas se encuentran en situaciones de inestabilidad como la actual crisis económica. El paro se sitúa como factor de riesgo y posible desencadenante de estas patologías.

Los médicos españoles han comprobado que la crisis económica repercute directamente en la salud mental de la población. La pérdida de empleo, el cierre de negocios o la dificultad para hacer frente a los pagos, junto a la frustración que viven muchos al comprobar que su currículum pasa de unas manos a otras sin obtener una respuesta positiva, fomentan la aparición de trastornos de ansiedad o ansioso-depresivos.   Desde la web del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos advierten que el estrés “no sólo depende del individuo, sino de la capacidad de respuesta psicológica de éste”, según Ana González-Pinto, presidenta de la Sociedad Vasco-Navarra de Psiquiatría.   Además, recuerdan que “los síntomas de ansiedad son muy diversos y tal vez los más comunes se manifiestan con taquicardia, sensación de ahogo, temblores en las extremidades, sensación de pérdida de control o del conocimiento, rigidez muscular, debilidad muscular, insomnio, etc.”

  Ante esta situación, la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) apuesta por fomentar las habilidades que pueden ayudar al paciente a afrontar con éxito los problemas vinculados a la actual situación. Los médicos de familia dan una serie de consejos, que cuelgan en la web de semFYC, para hacer frente a situaciones adversas:   -- Saber delimitar el problema; no se ha de olvidar que se trata de una situación pasajera y como otras crisis su duración es limitada. Es temporal y reversible.

-- Definir la intensidad del problema y los factores asociados al mismo; aceptar la realidad tal como es y diferenciar aquellos factores que no dependen de nosotros y que no podemos modificar.

-- Valorar si es posible bajar nuestro nivel de consumo, aumentar y mejorar nuestra preparación laboral o madurar una idea de desarrollo personal aparcada desde hace años.

-- Identificar propuestas o soluciones alternativas viables, y posponer proyectos muy difíciles de sacar adelante en el momento actual.

-- Planificar soluciones: establecer un plan de acción y seguirlo, hacer que las cosas cambien.

-- Reevaluación positiva: decidir aprender de la experiencia, evaluando y aprendiendo de los resultados. Ante situaciones similares anteriores, hemos sabido resolverlas y por tanto disponemos de recursos para salir exitosamente del conflicto.

-- Pedir ayuda a amigos y conocidos, apoyarse en lo positivo de la relación familiar.

-- No volcar las expectativas positivas de nuestro proyecto vital exclusivamente en nuestro periodo vacacional. También las actividades gratificantes pueden estar en actividades accesibles y baratas realizadas en pequeños tiempos de ocio que hemos de distribuir a lo largo de todo el año.

 

-- Mantener horarios regulares; realizar ejercicio físico moderado; seguir una alimentación equilibrada y no automedicarse son medidas que ayudarán a sentirse mejor.

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