Javier Fumero

Yo estoy con Felipe González

Felipe González iba a pronunciar este miércoles una conferencia en el aula Tomás y Valiente de la Universidad Autónoma de Madrid. El nombre del reciento corresponde al ex presidente del Tribunal Constitucional asesinado por ETA precisamente en su despacho de esa universidad. Pero Felipe no pudo hablar.

Se lo impidió un grupo de presuntos estudiantes que organizaron una algarada, con empujones, amenazas y gritos, que obligó a suspender el acto por motivos de seguridad.

Es una vergüenza. Lo dije cuando los tartazos a Yolanda Barcina, cuando los piquetes contra Rubalcaba o Rosa Díez, cuando los empujones a Josep Piqué, cuando el escrache ante la casa de Soraya Sáenz de Santamaría

Me parece inconcebible este modo de protestar. Me parece un atropello que alguien no pueda intervenir públicamente en un acto y expresarse con entera libertad. El caso es incluso más bochornoso al tener lugar en sede universitaria, un ágora que es, por definición, la representación misma de la pluralidad, del debate, de la confrontación abierta, razonada y libre de ideas.

Alguno podrá pedir libertad, entonces, para los protestones. Pero ni es justificable la violencia ni puede predominar el más fuerte, el más bronco, el más fanático, el que más aúlle. Se trata de ser el más convincente, el más verdadero.

Libertad de expresión y respeto a las personas. ¿Es mucho pedir?

Discrepo del ex líder del PSOE en muchas cosas pero eso no me da derecho a atropellarle, a dejarlo con la palabra en la boca, a impedirle que diga lo que piense. Ni a él, ni a nadie.

Por eso digo que, en esta cuestión, estoy de parte de Felipe González.

Más en twitter: @javierfumero

 
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