Javier Fumero

Gerard Piqué, contigo empezó todo

El defensa Gerard Piqué abandonará la Selección Española de Fútbol después del Mundial de Rusia de 2018. Tenía la decisión tomada –en febrero cumple 30 años- pero la acaba de hacer pública tras el partido contra Albania, nada más constatar el revuelo armado por la manga de la camiseta que utilizó ese día.

Fue acusado en las redes sociales de eliminar la bandera española, de renegar de la rojigualda, y parece que no es cierto. Su elástica era de manga larga y el patrón original no lleva los colores. La recortó a última hora para no pasar mucho calor y alguien pensó mal.

Periodistas que conocen bien lo sucedido relatan que el jugador quedó muy afectado cuando al final del partido consultó su teléfono móvil y comprobó en Twitter la bronca que se había montado. Le produjo –dicen- “cansancio, fatiga, tristeza”. Añaden que incluso se giró hacia alguien que estaba a su lado y formuló una pregunta:

-- “¿Què més he de fer?” (“¿Qué más tengo que hacer?”), como queriendo saber qué más hace falta para que demuestre su incuestionable compromiso con el combinado nacional.

Yo en esta cuestión concreta estoy con él. Me parece que las cosas se han sacado de quicio. Nunca le he visto borrarse de una convocatoria, ni dejar de meter el pie para reservarse. Las redes sociales son muy salvajes, eso no es nuevo. No existe matiz y sí mucha precipitación.

Sin embargo, también quiero decir una cosa. Gerard Piqué no debe extrañarse porque bastante de lo que le ha pasado es fruto de sus decisiones. ¿Qué decisiones? Piqué ha ido muchas veces de provocador. Y lo ha explicado.

Cuando el F.C. Barcelona logró el triplete, hace un año, el jugador soltó aquello de: “Kevin Roldán, contigo empezó todo”, aludiendo a la fiesta de cumpleaños de Cristiano Ronaldo con el cantante Kevin Roldán, que coincidió con el inicio del declive del club blanco aquella temporada.

Lo dijo en caliente pero más tarde, en frío, se explayó. No se arrepentía “en absoluto”. Y añadió: “Lo haría una y mil veces. Soy así. Quiero que el Madrid pierda siempre. Es una rivalidad histórica y yo quiero mucho al Barça. Que nadie espere que cambie ni que pida perdón. No lo haré”.

Dijo más cosas: “a veces está bien romper con lo establecido. No siempre vas con traje y corbata, a veces vas en bañador y chanclas”. “Soy así, no voy a cambiar. El que me acepte, bien; y el que no, me tendrá que aguantar. Soy una persona pasional, y aquellos que sentimos mucho el Barça deseamos que el Madrid vaya mal”.

 

Gerard Piqué es muy libre, faltaría más, de ser como quiera: auténtico, pasional, rompedor, hooligan… Pero claro, después cuando otros te tratan así, de forma auténtica, pasional, rompedora… no te debes extrañar.

No justifico a los indomables, que deberían hacérselo mirar. Sólo digo que quien siembra vientos, recoge tempestades. Por eso resulta un pelín patético ver a Piqué ahora lamentando el chaparrón. Alguien podría soltarle, con la misma legitimidad que él reclamó en su día: que se aguante.

Más en twitter: @javierfumero

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