Javier Fumero

Internet no es un problema, es una oportunidad

Entiendo que muchos afirmen que Internet ha traído consigo innumerables problemas. Es cierto. La irrupción de este fenómeno de páginas webs, redes sociales, aplicaciones, nuevos canales y dispositivos móviles ha transformado la vida de los ciudadanos.

Para empezar ha destapado nuevas patologías. El mal uso del ciberespacio provoca disfunciones en el plano psicológico y en las relaciones humanas: narcisismo, pérdida de contactos personales, dispersión mental, aislamiento, nuevas adicciones, deterioro del hábito de lectura…

Pero también se habla de los enormes perjuicios socioeconómicos del llamado “capitalismo digital”. Por lo pronto, los tradicionales modelos de negocio han saltado por los aires. En muchos sectores, lo que antes era rentable ya no lo es. Hay que abandonar viejos sistemas de producción (y distribución), sin que las nuevas fórmulas se hayan consolidado. Es una locura y casi nadie ha quedado al margen.

Que se lo digan a la industria musical, a los editores de libros, a los bancos, a los productores de cine, a los medios de comunicación… pero también a los panaderos y hasta a un modesto taxista. Todos están teniendo que adaptarse a los nuevos tiempos. Nada es como antes.

En este escenario hay un perjuicio claro y patente: el “precariado”, lo llaman. Nos encontramos en una fase muy delicada dentro de este proceso de transición al que antes hacía referencia: lo que antes era rentable ya no lo es; los nuevos modelos todavía no ofrecen márgenes suficientes. Por eso, cada vez es más común contar con una clase trabajadora con empleos inestables y mal pagados.

Esto es cierto pero yo soy optimista. Principalmente por dos motivos:

a) Porque la historia demuestra que todas las innovaciones tecnológicas han empezado eliminando puestos de trabajo pero luego han permitido un desarrollo exponencial, también en oportunidades laborales.

b) Porque Internet ha traído consigo muchas más ventajas, que quizás no se mencionan tanto, pero que nos van a permitir llegar más lejos. Yo voy a mencionar hoy sólo una de ellas: la capacidad que existe en estos momentos (algo insólito hasta hace muy poco) de dar salida al propio talento.

Lo voy a explicar con un ejemplo: el caso del profesor youtuber. Estos días se ha sabido que un tal David Calle ha sido elegido uno de los 50 candidatos mundiales al Global Teacher Prize, algo así como el Nobel de los profesores dotado con un millón de euros de premio.

 

¿Y qué tiene de especial este ingeniero madrileño de 43 años? Que utiliza Internet para difundir gratuitamente pequeñas explicaciones de Matemáticas y Ciencia. Duran 10 minutos, son muy prácticas, están salpicadas de ejemplos cotidianos y hasta de trozos de películas actuales.

Graba las piezas de forma doméstica en la buhardilla de su casa, con una pizarra Velleda y una cámara sencilla. En estos momentos, cerca de 28 millones de estudiantes han visto ya sus clases. Así, casi sin querer, este profesor ha creado de la nada el canal educativo más importante del mundo.

Más en twitter: @javierfumero

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