Javier Fumero

El Ministerio de Pedro Arriola

Mucho se ha comentado estos días sobre el nuevo Gobierno. Se habla de un cierto continuismo, de un Ejecutivo más político, dialogante y equilibrado en la lucha de poderes, de una apuesta por…

Vale, de acuerdo. Sin embargo, yo me hago varias preguntas: ¿qué va a pasar ahora con Pedro Arriola? ¿Sigue junto al presidente? ¿Continuará ejerciendo como su asesor en la sombra?

Una persona que ha estado 20 años susurrando al oído de los presidentes del Partido Popular no hay que tomársela a broma. Tampoco su sueldo: unos 600.000 euros anuales.

Ha colaborado con Rajoy en las elecciones del 20-D y el 26-J, tras una etapa apartado en la municipales y autonómicas, trabajando en lo suyo: análisis de encuestas y planificación de estrategias, mensajes y discursos.

Hace un tiempo anunció que se marchaba. Creía llegada la hora de su jubilación. Pero ahora parece dispuesto a alargar su etapa junto a Mariano Rajoy. Su mujer, Celia Villalobos, decidió quedarse en Madrid una legislatura más y renovó su escaño de diputada en el Congreso. No fue gratis: tuvo que aceptar ir de número dos por Málaga (no encabezando la lista, como hasta ahora) y cedió la vicepresidencia de la Cámara Baja.

Por todo ello, Arriola se queda. Ahora va diciendo que tiene cometido al menos hasta el próximo Congreso del Partido Popular. Pero ya se verá.

Rajoy necesita asesoramiento. Otra cosa, dicen algunos, es si lo que más le conviene es el ‘arriolismo’, tan aficionado al perfil bajo, a dejar pudrir los problemas, a no dar la cara, a evitar dar explicaciones.

Su sintonía con Mariano Rajoy es total. De eso no cabe duda. Piensan igual, comparten análisis y conclusiones, y diseñan al alimón la estrategia del Gobierno.

Hay un análisis en el que coinciden sin fisuras: hay que obviar a los medios de comunicación. Son engreídos, han mangoneado lo que han querido tiempo atrás en La Moncloa, querrían tener al jefe del Ejecutivo en danza permanente, viven del follón y la bronca, exacerban la opinión para generar ruido y, si por ellos fuera, el presidente sólo estaría para comentar sus tonterías de cada día.

 

Arriola es de esta opinión y Rajoy otro tanto. De ahí la fobia del líder gallego hacia la prensa y los periodistas. Huye de ellos siempre que puede. El pasado jueves, sin ir más lejos, se ahorró la comparecencia para comunicar la lista de ministros: se distribuyó una nota de prensa por sorpresa… y a evitar otro charco.

El ministro Arriola en estado puro.

Más en twitter: @javierfumero

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