Moción de sandunga

Respeto bastante a Podemos. Ya lo he dicho en alguna ocasión: considero que su llegada le ha venido muy bien a nuestro país. El partido de Pablo Iglesias ha ejercido de dinamizador de la vida política española, que no es poco. Ya nada es como antes y eso es bueno. Pero además, ha terminado con esas mayorías absolutas tan dañinas.

Sin embargo, hay cosas del partido morado que no apruebo. No me gusta esa tendencia a enfangar el cauce para intentar pescar a río revuelto. No me parece sensato el show en el que Podemos quiere convertir el parlamentarismo.

Se adoptan decisiones para lograr impacto, no para construir. Se recurre a estrategias escandalosas o faltonas para llamar la atención y lograr cuota de ‘prime time’. Eso no es responsable.

La moción de censura que acaba de anunciar Unidos Podemos es un ejemplo de este estilo al que me refiero. Tienen todo el derecho del mundo a presentarla pero, analizando las circunstancias que han rodeado la decisión, parece más bien un acto de kale borroka constitucional. Un gesto para copar titulares.

Lo demuestra un hecho: los partidos de la oposición se enteraron de la iniciativa a los postres. El PSOE aseguró que Podemos les llamó “diez minutos antes de salir a la prensa”. El PNV explicó que Andoni Ortuzar fue informado por un simple SMS. Y así todo. ¿Qué actitud es esta?

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No parece muy serio cuando la moción no puede prosperar sin el acuerdo de los principales partidos de la oposición. Por tanto, ¿Podemos busca sinceramente remover a Rajoy de la presidencia del Gobierno? No parece. Si así fuera, se hubieran intensificado los contactos previos, se hubieran tendido puentes.

Como no ha sido así la conclusión es clara: Podemos pretende dotar al Puente de Mayo de un poco de sal y sandunga. Poco más.

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