Javier Fumero

Ojo que comienza el deshielo en Cataluña

-- ¿Ve usted al Gobierno de España y a la Generalitat de Cataluña en condiciones de llegar a un acuerdo sobre la independencia o sobre alguna otra cuestión?

Pienso que si se realizara hoy una encuesta a nivel nacional que incluyera únicamente esta pregunta, el resultado abrumadoramente mayoritario sería el siguiente: NO.

Hay muchas razones para pensar así. Llevamos muchos años de duro enfrentamiento, de nulo diálogo, de grandes afrentas aparentemente insalvables, de mucha testosterona y poca diplomacia. Todo esto pesa y mucho sobre un proceso negociador.

Sin embargo, de un tiempo a esta parte comienza a percibirse un deshielo. Son diminutos brotes verdes que dejan algo de espacio al optimismo: puede haber salida a la cuestión catalana, más pronto que tarde.

Un ejemplo concreto de lo que digo es el acuerdo de la estiba que este jueves pasó el trámite en el Congreso de los Diputados. Fíjense bien en lo que ha sucedido.

Los ocho diputados del PdeCAT (la antigua Convergència) en Madrid han salvado al Gobierno permitiendo en el pleno del Congreso la convalidación de este decreto ley que cambiará el monopolio de la estiba en España. Esto le permite al Gobierno acatar la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) del 11 de diciembre de 2014, que exige el cumplimiento del principio de libertad de contratación en los puertos españoles.

Pues bien. Los chicos de Puigdemont han sido decisivos. El resultado de la votación fue el siguiente: 174 votos a favor, 165 en contra y esos 8 votos de la necesaria abstención de los nacionalistas catalanes.

Los parlamentarios catalanes en Madrid llevan semanas negociando discretamente con el ministro de Fomento, Iñigo de la Serna, y la titular de Empleo, Fátima Báñez. No han contraído ninguna enfermedad mortal en el proceso, ni han sido quemados en la hoguera. Todo lo contrario: han sido razonables y han accedido a lo que se les pedía. ¿Qué ha pasado? ¿Por qué han pasado por el aro los convergentes?

Muy sencillo: porque el Gobierno Rajoy también ha hecho una concesión. Ha colaborado en una cuestión que apenas ha trascendido: los dos representantes del Ministerio de Cultura en el Consorcio del Palau de la Música no asistieron, el viernes pasado, a una reunión clave. Allí se iba a decidir si la institución acusaba formalmente al partido de Artur Mas por recibir 6,6 millones en comisiones ilegales.

 

El proceso judicial sobre este bochornoso caso sigue su curso pero la ausencia de los representantes del Gobierno central ha permitido que la Generalitat minimice los daños. Pudo imponer su mayoría y cerró el asunto: el Palau como tal no se personará como acusación.

¿Ven lo que les digo?

Esto es política. ¿Qué te interesa a ti? ¿Qué me interesa a mi? Yo te doy esto. Tú me das lo otro… y todos contentos.

Como digo, se percibe un cambio de actitud. En las dos direcciones. Comienza el deshielo.

Más en twitter: @javierfumero

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