El día que Pablo Iglesias justificó dos veces a Rajoy

Cada político maneja sus tiempos como quiere y me parece bien. Los estrategas y expertos en imagen le recomiendan más o menos visibilidad según le convenga y me parece bien. Pero entonces, los ciudadanos podemos hacernos algunas preguntas.

Este lunes, Pablo Iglesias ha vuelto a escena. Ha lucido buen color y rostro veraniego en una rueda de prensa fogosa, apasionada, dirigida a transmitir entusiasmo a sus simpatizantes. En plan: ahora sí que sí, vamos a por ellos.

En el encuentro con periodistas, ha lanzado varios mensajes: nada de pactos con el PSOE (habrá que verlo, pero es lo que hay que decir ahora); tampoco habrá alianza nacional con IU y Podemos apoya incondicionalmente a Tsipras (que ya es apoyar).

Por cierto, tal es su pasión por el líder griego que ha sido capaz de justificar las políticas de Mariano Rajoy con tal de defender a su amigo. Sus palabras: la dirección de Podemos apoya a “quien asume el desafío de gobernar”, a quien “aspira a mancharse las manos y a asumir contradicciones gobernando”.

O sea, que Rajoy no ha hecho tanto daño incumpliendo su programa o manchándose las manos con la caja B que parecía manejar el Partido Popular. Es lo que tiene gobernar, que diría don Pablo. Mmmm.

Vídeo del día

Detenida en Madrid una kamikaze borracha y
con un kilo de cocaína en el maletero

 

Sin embargo, que los árboles no nos impidan ver el bosque. Pablo Iglesias ha salido a escena de aquella manera. Como hoy desvela ECD, su presencia mediática va a ser controlada al milímetro a partir de ahora. Serán apariciones esporádicas y muy medidas para evitar desgastes innecesarios y no ‘quemar’ al candidato.

La primera consecuencia es que se acabaron las tertulias en televisión. El líder de Podemos se va a exponer lo justo. Concederá entrevistas pero repartirá juego entre otros miembros del partido. Ha sido aleccionador el aperitivo, con Iñigo Errejón dando el callo a base de bien este mes de agosto.

Así va a ser, a partir de ahora. Insisto: y me parece bien. No obstante, también aquí Rajoy sale justificado en su política de restringir sus apariciones en los medios. El presidente no quiere problemas y sabe que cualquier exposición ante los periodistas es un potencial peligro. Por eso prefiere esconderse y evitar salir chamuscado. Pasar por silente antes que por torpe.

¿Se le puede criticar adoptando la misma estrategia? Tengo mis dudas, aunque me parezca legítimo.

Más en twitter: @javierfumero