Javier Fumero

Prohibición preventiva: ahora el cigarrillo electrónico

Le ha tocado el turno en esta ocasión al Ministerio de Sanidad. El departamento que dirige Ana Mato se dispone a prohibir el uso del cigarrillo electrónico en colegios, zonas educativas, hospitales,  centros de salud, administraciones públicas, servicios de atención al ciudadano, transportes públicos, cines, teatros...

¿El argumento? Estos dispositivos, similares a los pitillos convencionales, generan un vapor “que no ha demostrado su ausencia de toxicidad”. Hasta que se conozcan los efectos que tiene para la salud, se quiere prohibir.

¿No debería ser al revés? ¿Primero, demostrar que es malo? ¿Y sólo en ese caso, prohibirlo?

Reconozco que este asunto me pilla muy cansado. Ya está bien. Cada vez llevo peor este afán paternalista del Estado que hace tiempo se declaró competente para manosear la vida de las personas.

Claro, todo es por tu bien. Por tu bien persigue el consumo del tabaco tradicional, la ingesta de macro-hamburguesas, el uso del todoterreno por los campos o el consumo de vino. Ahora, le toca el turno a los cigarrillos electrónicos. Por tu bien.

No recuerdo quién lo dijo, pero lo suscribo plenamente: “Cuando los hombres están convencidos de que la seguridad, la ciencia o la salud es más importante que la libertad, han perdido el sentido de la vida”.

Los Gobiernos deben estar atentos. Algunos se están cansando de tanta persecución y control asfixiante “por nuestro bien”: por tu bienestar, por tu seguridad, por tu confort. Algún día de estos, a los españoles nos dará por recuperar las cotas de libertad perdidas. Y entonces...

Más en twitter: @javierfumero

 
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