Javier Fumero

Sobra un señor en el Congreso

No nos podemos felicitar del todo cuando pasan cosas como esta. Allí, en el remozado hemiciclo de la Carrera de San Jerónimo, en Madrid, donde se inauguró este miércoles una histórica legislatura multicolor, había un colado.

Se llama Pedro Gómez de la Serna y emborronó una jornada que se recordará siempre. Por muchas cosas.

Gómez de la Serna es diputado por Segovia. Horas antes de acceder al Congreso de los Diputados pidió la baja en el Partido Popular porque un juez de la Audiencia Nacional acaba de admitir a trámite una querella de la Fiscalía Anticorrupción.

Este señor y otras siete personas han sido acusados de presuntos delitos de corrupción en transacciones económicas internacionales, cohecho, blanqueo de capitales y organización criminal. Para entendernos: la fiscalía sospecha que cobró comisiones a cambio de mediar para que empresas españolas consiguieran contratos en el extranjero. Ahí es nada.

Ha sido relegado al Grupo Mixto porque no ha tenido la gallardía de marcharse, de perder su condición de aforado. Él ha dicho que recogía su acta de diputado para no hacer “un desprecio a los ciudadanos de Segovia”. Qué vergüenza. Se esconde tras el paraguas de un ley diseñada para que los políticos no sufran coacciones al dirigir las riendas de un país. Es una vileza.

En este caso, dada su condición de aforado, el auto dictado por el juez De la Mata se limita a notificarle las actuaciones. La investigación, si sigue adelante, corresponderá al Tribunal Supremo.

El miércoles fue tratado como un apestado. Apenas le saludaron, se escondió en la bancada superior, casi debajo del voladizo, entre las sombras. No se movió de su escaño sino para votar (por tres veces). Y sólo recibió dos apretones de manos: el de la ministra Ana Pastor y el de Iñigo Méndez de Vigo.

Su caso recuerda la necesidad de abordar, de una vez por todas, dos desafíos que acaba de poner sobre la mesa Cristina Cifuentes: la necesidad de listas abiertas y la retirada del aforamiento.

La presidenta de la Comunidad de Madrid ha decidido modificar el Estatuto de Autonomía, la Ley Electoral y la Ley de Gobierno, para eliminar los aforamientos, limitar los mandatos a dos legislaturas, reducir diputados, variar la circunscripción electoral, establecer listas abiertas, y evitar la acumulación de cargos públicos mediante un sistema de incompatibilidades.

 

Me parece muy necesario. Ya estamos tardando.

Más en twitter: @javierfumero

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