Javier Fumero

Socorro Rojo para remediar la crisis de la izquierda

La estrepitosa derrota de Francoise Hollande en Francia este fin de semana ha vuelto a poner sobre la mesa la grave crisis de identidad que atraviesa la izquierda demócrata en Europa.

A excepción hecha de Francia y Mateo Renzi en Italia (uno que no ha pasado por las urnas, todo sea dicho), los partidos de izquierda andan de perfil bajo. No es sólo que no gobiernen es que han perdido la razón de ser de sus políticas.

El problema no es nuevo. Como ya dejé dicho hace cuatro semanas, la familia socialista quedó hace tiempo huérfana de ideología y vacía de contenido. Así lo admiten sus principales líderes, que llevan varios años intentando dar con la tecla para solucionar el entuerto.

En el año 2008, personalidades como Bill Clinton, Michelle Bachelet o Gordon Brown se citaron en un pueblecito inglés llamado Watford para alumbrar los pilares de un nuevo progresismo. Fue un intento de dar vida a otra ‘Tercera Vía’ que lograra frenar la sangría de votos de la izquierda socialdemócrata mundial.

Hasta ahora, se han visto tres propuestas de izquierda que han logrado calar entre los ciudadanos:

-- Un modelo basado en la resurrección de viejos mitos, como la romántica confrontación con Estados Unidos, la defensa del antimilitarismo o el recurso al despotismo de corte populista que ha terminado por imponerse en la izquierda latinoamericana;

-- Otro modelo que (a falta de otra singularidad) centra todos sus esfuerzos en incidir en aquellos derechos sociales dirigidos a transformar la sociedad: laicismo feroz, aborto libre, educación para la ciudadanía, gays y lesbianas, escuela pública;

-- Y otro modelo, en fin, basado en vagas especulaciones acerca del futuro del mundo: globalización, calentamiento global y cambio climático, comercio mundial equitativo…

José Luis Rodríguez Zapatero optó en 2004 por utilizar un poco de cada una de estas fórmulas para dotar de sentido al PSOE. Y no le salió nada mal: siete años logró pasar en Moncloa. Ahora, Rubalcaba y Elena Valenciano apuestan por el segundo modelo: aborto, sanidad pública, guerra a la ley Wert, igualdad, violencia de género, recortes sociales...

 

Izquierda Unida también ha tomado nota y anda preocupada por su futuro. Hace unos años, Gaspar Llamazares admitió que la Iglesia le estaba ‘robando’ terreno en aspectos vitales para la formación: la implantación de comedores sociales, el acompañamiento de enfermos marginales, los dispensarios médicos en zonas depauperadas...

Ahí está nuestro caladero, dijeron los herederos del Partido Comunista. Debemos volver a la calle. Pues bien. Aquí está: llega el ‘Socorro Rojo’ del siglo XXI.

Según ha informado el diario ABC, Izquierda Unida acaba de poner sus sedes y sus bases de datos al servicio de la Red de Solidaridad Obrera (RSP). Esta organización pretende impulsar la “organización de la clase trabajadora y de las capas populares, víctimas de las políticas de austeridad” del Gobierno, según explican ellos mismos.

La componen distintas entidades, entre ellas la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), movimientos en la órbita del 15-M y varias asociaciones vecinales. Se constituyó en enero y se inspira en Socorro Rojo Internacional, una entidad creada por la Internacional Comunista en el periodo de entreguerras de la primera mitad del siglo XX.

Pretenden “despertar al activismo político” de los beneficiarios de las ayudas que proporciona la organización: alimentos, vestido, formación y orientación legal.

La red se estructura en pequeñas terminales diseminadas por toda España, en los llamados Grupos de Acción Comunitaria (GAC), de los que ya hay unos sesenta en todo el territorio nacional. 

Más en twitter: @javierfumero


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