Adiós al periodista vocero
Lo dije en cuanto salió: esas conexiones de Luis Enrique en directo durante el Mundial de Qatar parecían una buena idea. Y se ha confirmado. El entrenador de la Selección Española de Fútbol es hombre de carácter, con personalidad. Pero hasta ahora, teníamos una imagen suya que nos llegaba filtrada por la prensa. Los compañeros de deportes nos mostraban un Luis Enrique determinado por las respuestas que este daba en las ruedas de prensa precisamente atendiendo a las preguntas de los periodistas. Ahora no ha sido así.
El míster de la Roja ha estado dos semanas conectando directamente con los ciudadanos una hora diaria y respondiendo a las cuestiones que les planteaban los españoles de a pie. Y ahí ha ido saliendo a la luz su verdadero modo de pensar y de ver la vida, al completo. No hay más filtro que él ha querido poner. Pero se ha mostrado franco y directo. No ha utilizado subterfugios. Tampoco ha eludido cuestiones polémicas o incómodas. En este sentido, me ha llamado la atención con qué naturalidad y entereza ha abordado el aniversario del fallecimiento de su querida hija. Tremendo. Y que tampoco haya esquivado las alusiones a la extraña situación que supone que Ferrán Torres, jugador del equipo, mantenga una relación sentimental con otra de las hijas del seleccionador. Sin tapujos, ni censuras.
El balance ha sido muy positivo para Luis Enrique, sin duda. Ya lo habrá notado él y le habrán insistido desde su entorno. Al más puro estilo Donald Trump, el seleccionador ha salido beneficiado al conectar con la audiencia directamente, sin intermediarios insisto, como nosotros los periodistas.
En este sentido, un amigo me hizo hace unos días el siguiente comentario: “Pues esto puede suponer el fin del periodismo, ¿no?". A mi modo de ver –le dije-, no. Será la muerte de un tipo de profesional: el periodista vocero. Me refiero a esos informadores que se limitan a transmitir los mensajes de terceros. Si los protagonistas (presidentes de compañías, jueces, políticos, investigadores, policías…) deciden dirigirse directamente a la audiencia –cosa nada fácil, por otro lado, todo hay que decirlo- puede que afecte a aquellos periodistas que se limitan a asistir a ruedas de prensa o a vivir de canutazos.
Mientras tanto, seguirá siendo necesario que haya compañeros de la prensa dedicados a buscar informaciones, noticias, hechos relevantes, dignos de ser conocidos por todos. Esa tarea siempre será necesaria en una sociedad que quiera permanecer sana, bien informada y vigilante.
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