¿Y ahora, qué? Las siete claves del 28 M
La resaca de las elecciones de este domingo 28 va a ser considerable. La contundente victoria del PP y la forma en la que se ha producido deja varias claves relevantes para los meses venideros. Dejo aquí, expuestas de forma esquemática, siete reflexiones de interés sobre cuestiones que podremos ampliar en las próximas semanas:
Uno. Alberto Núñez-Feijóo ha logrado la mejor puesta en escena en la política nacional que podía imaginar. No se presentaba, pero sí se presentaba. Le pese a quien le pese, estos comicios se han jugado también en clave nacional y el gallego, que acaba de heredar los mandos del PP, ha conseguido un resultado que le coloca en muy buena posición de salida hacia las generales de final de año.
Dos. Confirmado: la izquierda no ha logrado movilizar a sus votantes. El PSOE ha fracasado rotundamente con la estrategia diseñada desde Moncloa de anuncios al votante en clave nacional y lluvia de dinero desde el consejo de ministros. Se ha confirmado que las listas con etarras de Bildu, el debate sobre el racismo por los insultos a Vinicius y las detenciones por fraude en el voto por correo han pasado factura a los socialistas en plazas importantes: Madrid, Valencia, Aragón, Extremadura…
Tres. Emiliano García Page y Adrián Barbón son los únicos barones socialistas que han logrado resistir el tsunami ‘popular’. Atención, entonces, al post partido en el PSOE. Si alguien piensa que Pedro Sánchez tiene los días contados en Moncloa, los dos tendrán un argumento de peso para exigir en Ferraz mayor protagonismo en el futuro.
Cuatro. Ojo al duro batacazo que ha sufrido Unidas Podemos, que no ha logrado resistir en Madrid, por ejemplo. A la formación le han pasado factura, sin duda, los vaivenes de Yolanda Díaz, que intentó (como en Valencia) una cosa y su contraria: apoyó al alcalde Joan Ribó (de Compromís) delante de la apuesta de Podemos para la capital, Pilar Lima. Que el partido morado haya quedado herido de muerte, le puede facilitar ahora a Yolanda una mejor baza negociadora para relegar a los podemitas dentro de su plataforma Sumar. Sí, de acuerdo. Pero también podría provocar un efecto perverso: Belarra y Montero ya tienen poco que perder y podrían decidir romper del todo con ella como venganza por lo sucedido. Y este sería el peor escenario para el PSOE de Pedro Sánchez de cara a las generales: una izquierda dividida es miel sobre hojuelas para Feijóo en diciembre.
Cinco. Ciudadanos ha desaparecido del mapa. La polarización de la campaña, centrada oficiosamente en ese ‘Sánchismo o libertad’, ha provocado que el partido naranja no haya logrado resistir ni en Madrid, donde Begoña Villacís esperaba poder materializar su aceptable desempeño como vicealcaldesa. Pues no.
Seis. El voto oculto era para el PP. A cuatro días de las elecciones, el número de indecisos se llegó a cifrar en el 30%, un dato altísimo. A la sede socialista de Ferraz no llegaban señales positivas sobre la fidelidad del votante socialista pero externamente se ‘vendió’ lo contrario. “Nos van a votar los que no se han decidido”, se repetía desde el entorno del partido. No ha sido así.
Siete. Vox crece considerablemente al haber presentado muchas más candidaturas en toda España que hace cuatro años pero, además, se convierte en muy relevante en algunas Comunidades, como Valencia, para arrebatarle el gobierno a la izquierda. Ha quedado sumido en la irrelevancia en la región de Madrid y en la propia capital, pero podrá sacar partido al papel determinante que debe jugar en algunas plazas.
Posdata. Lo que ha hecho José Félix Tezanos estos años con el CIS es impresentable. De juzgado de guardia, diría yo. Se le deberían exigir responsabilidades por malgastar dinero público de ese manera.
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