¿Se atreve usted con un currículum ciego?
Me acaban de contar que la cadena de peluquerías y estética Marco Aldany, con establecimientos distribuidos por toda España, realiza procesos de selección de personal utilizando los llamados currículums ciegos.
Los directivos de la compañía de belleza estudian el perfil profesional de los candidatos sin conocer ningún dato personal de los aspirantes al puesto. Han dado orden de que no les pasen esas referencias: no quieren saber si es hombre o mujer, su edad, raza o nacionalidad. Nada.
¿Por qué? Pretenden así garantizar la contratación de los mejores preparados para el puesto que ofertan, sin tener en cuenta ningún otro criterio personal. Quieren elegir basándose únicamente en sus capacidades. Sin prejuicios.
El asunto se las trae. Nadie suele admitir, de buenas a primeras, que es racista o que tiende a discriminar a los demás por razón de sexo o por su origen. Sin embargo, el día a día demuestra que las cosas no son tan sencillas.
¿Ha visto usted algún dependiente de raza negra en El Corte Inglés? Yo no. Y he visitado unos cuantos. En varias ciudades de España.
Al parecer, la cadena NH Hoteles tenía organizados los turnos del personal de limpieza de sus establecimientos agrupando a las personas por su nacionalidad. Los españoles con los españoles. Los rumanos con los rumanos. Los marroquíes con los marroquíes. Los peruanos con los peruanos.
(Un paréntesis: ¿qué nacionalidades habría elegido usted para el elenco que acabo de hacer en el párrafo anterior? Pues eso. Pero sigo).
Un día, los directivos de NH decidieron cambiar y se organizaron equipos de limpieza integrados por profesionales de diferentes orígenes y nacionalidades. Se montó un buen lío.
Hubo resistencias. Llegaron las protestas hasta la dirección. Pero no hubo marcha atrás. Cuentan que, conforme pasó el tiempo, la experiencia demostró ser un acierto. Estos grupos interculturales funcionan ahora mucho mejor que los homogéneos.
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