Javier Fumero

Ayuso no perdona

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.

Me ha impresionado el modo de actuar de Isabel Díaz Ayuso. Ha sido implacable. Había mucho interés (también dentro del PP) por descubrir cómo se comportaría en la elaboración de las candidaturas a las municipales del 28-M y se confirma lo anunciado: ha sido inflexible en la venganza. Todo aquel que se posicionó mínimamente junto a Pablo Casado hace un año, ha sido laminado. Sin contemplaciones. No han quedado ni las raspas.

Ha designado a 177 aspirantes y no hay ni rastro de quienes asomaron la patita en la crisis interna que terminó como el rosario de la aurora y un nuevo líder en Génova. Algunos suelen decir que el tiempo tiene un poder curativo, puede actuar como bálsamo. Han pasado en estos meses muchas cosas, ha habido ocasión de restañar heridas, de pasar página… Pues en este caso va a ser que no.

Los nombramientos confirman que ni uno sólo de los “conspiradores”, así se les llama en la Puerta del Sol, ha sobrevivido. Ha sido una purga completa, aplicada siguiendo el patrón que ha dibujado la presidenta. No me parece ni bien ni mal: es legítimo tanto una cosa como la otra. Pero indudablemente ofrece información sobre la baronesa.

Isabel Díaz Ayuso ha lanzado un mensaje, alto y claro. Conmigo o contra mí. El que se la juegue en el futuro deberá usar bien sus cartas porque no se harán prisioneros. No le tiembla el pulso a la hora de pasar facturas. No hay olvidos que valgan. Ni perdón para la deslealtad. El término reconciliación no se conjuga para ella si afecta a las cosas de comer.

Alguna vez escuché a un experto en organizaciones explicar la utilización del “perdón” como estrategia para lograr fidelidades inquebrantables por parte de enemigos del pasado. La graciosa concesión de una nueva oportunidad a quien ha conspirado contra ti puede otorgarte el favor de una persona inteligente y valiosa que antes trabajaba para hacerte daño. Es una operación arriesgada –porque uno deja al enemigo en casa- pero si sale bien, logras sumar talento (que no abunda) a la causa propia.

Se acaba de demostrar que Díaz Ayuso no apoya esta práctica. Es más bien partidaria de los tratamientos quirúrgicos severos: extirpar los tumores limpiando hasta las paredes sanas más próximas a la zona cancerosa, para confirmar que no queda en el cuerpo ni una micra del mal.

Hay unos cuantos en el partido que habrán tomado buena nota para el futuro. Seguro.

Más en twitter: @javierfumero

 
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