Algo más que “buen rollo” entre Rajoy y Rubalcaba
Ellos no están muy interesados en que el hecho trascienda. Por motivos diferentes. El presidente del Gobierno prefiere comportarse siempre de forma discreta: va con su carácter. El líder del PSOE, porque en el fondo está faltando a la palabra dada.
Pero lo cierto es que Rajoy y Rubalcaba llevan varios meses hablando, mercadeando, tratando por teléfono las cuestiones más delicadas y llegando a pactos y consensos. También a través de personas interpuestas.
Hay ejemplos patentes y notorios: se ha negociado desde la composición del nuevo Consejo General del Poder Judicial a la reforma energética, pasando por la declaración contra la violencia de género y hasta un plan para frenar las cláusulas suelo en España. Con suerte dispar: no siempre se ha llegado a un acuerdo, ni mucho menos, pero las conversaciones sí se han producido.
Y tiene su importancia. Porque el pasado 14 de julio, un día después de que El Mundo publicara los SMS que se cruzaron Mariano Rajoy y el ex tesorero del PP Luis Bárcenas, Rubalcaba anunció la ruptura “de todas las relaciones con el PP” de ahí en adelante.
Pues va a ser que no. Llegó septiembre y empezaron los contactos. Sin embargo, fue en octubre cuando se produjo la charla más decisiva. Ese mes, Rajoy y Rubalcaba sellaron un pacto secreto sobre Cataluña: nunca aceptarán un referéndum independentista.
Los dos principales líderes políticos de este país acordaron, de forma discreta, una hoja de ruta para rechazar cualquier propuesta de CiU. El objetivo final es, en última instancia, la caída de Artur Mas. Estos días sus voces se han escuchado, altas y claras, en esta dirección. Netas, sin fisuras.
Pues bien. ¿Saben lo que les digo? Que me parece muy bien.
Rubalcaba no ha cumplido su palabra pero España sale muy beneficiada de su renuncio. Indudablemente. En los grandes temas de Estado, el país necesita cohesión entre sus principales líderes. Me alegro mucho de que así sea, la verdad.
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