Caliente que sale, mi generalísimo
Empieza a ser hasta cómico. A falta de banderas… tenemos el comodín de Franco. “Caliente que sale, mi generalísimo”. PSOE y Unidas Podemos han agitado estos días el cocotero sentimental de los españoles de más edad sacando a pasear la baza del dictador, un tema que tanto preocupa a los ciudadanos de a pie, por cierto.
¿Que el precio de la luz vuelve a batir cifras récords? Franco. ¿Que sale un CIS que deja tocado al PSOE y castiga a Pedro Sánchez? Franco. ¿Que vuelve a activarse la causa contra Podemos por presunta financiación irregular desde Venezuela? Franco. ¿Que se acerca el 20-N? Franco, aquí sí.
De los mismos productores de la exhumación del Valle de los Caídos, con Félix Bolaños a los mandos del show, llega una modificación de la Ley de Memoria Democrática para extender hasta 1982 la fecha tope hasta la que se puedan investigar los crímenes del franquismo. Esto supone, ni más ni menos, que intentar modificar la Ley de Amnistía de 1977. Insisto: la población española clama en las calles por esta cuestión, porque ya era hora.
Que todo esto no deja de ser una pantomima lo demuestra también la unanimidad de juristas de prestigio que estos días han salido a la palestra para asegurar que se trata de una pretensión imposible. Citan el artículo 9.3 de la Constitución y el artículo 2.1 del Código Penal, que establecen la irretroactividad de las normas penales desfavorables para el reo. Lo que significa, en la práctica, que esta reforma no tendrá ningún efecto: será imposible de aplicar.
Pero eso da igual. Porque el objetivo es, insisto, distraer la atención de cuestiones más peliagudas y dar la impresión de que la coalición de gobierno está muy activa, en plena forma, defendiendo los derechos de los más necesitados. Menuda filfa.
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