Javier Fumero

Carnívoros

El ministro de Consumo, Alberto Garzón
El ministro de Consumo, Alberto Garzón

Arrancamos el año con una pelotera de cierta entidad a cuenta de las polémicas declaraciones del ministro Garzón sobre la carne española. Resulta bastante patético observar los esfuerzos de ciertos sectores de la izquierda por intentar salvar al titular de Consumo, porque es imposible. Se puede decir que, en el mejor de los casos, Alberto Garzón puede tener razón en lo que denuncia, pero se ha equivocado y mucho en las formas. En el mejor de los casos.

Puede que sea necesario denunciar el abuso animal de algunas empresas cárnicas porque afecta, por ejemplo, a la calidad de los productos. Pero abordar esta cuestión que afecta en nuestro país a un sector tan importante como el ganadero requiere bastante prudencia, inteligencia política y, por supuesto, mucha más sutileza. ¿De verdad hay que ir a un diario británico, donde se empeñan en denigrar injustamente productos españoles por el simple hecho de que compiten con los locales, a dar munición con escasos matices contra la cabaña nacional?

No parece muy inteligente. Lo han denunciado también los barones socialistas. Las palabras del ministro de Consumo son un error de libro. De hecho, jamás verás provocar una polémica de este estilo a un representante de los países de nuestro entorno. No es sólo que los trapos sucios se lavan en casa, es que no se puede demonizar a todo un sector con unas declaraciones difíciles de matizar. Garzón asegura que quiso decir esto o lo otro, que se le está malinterpretando... Pero es que hay frases que no se deben pronunciar porque no hay quien las contextualice. Es de primero de comunicación política.

Además, ¿qué ha ganado España con este debate? Los ministros del Gobierno de España son elegidos para que defiendan los intereses del pueblo español en su conjunto. Para eso se les paga. ¿Cuál es el beneficio que nos reporta esta polémica? La izquierda que defiende una mayor protección del mundo animal está encantada con este debate, pero insisto: ¿qué gana España en su conjunto?

Por eso el PSOE admite en privado estar encantado con lo sucedido: porque pone en evidencia que partidos como Podemos o Izquierda Unida no dan la talla para estar al frente de un gobierno, para liderar ninguna causa a favor del bien común de los españoles. Defenderán, por supuesto, con uñas y dientes sus ideas y consignas. Pero ay de ti si no estás en su bando. Eso no es gobernar, señor Garzón. Lo van a comprender muy pronto, cuando toque votar el mes que viene en Castilla y León. Simpatizantes de izquierda de esta región, carnívoros y con intereses en el sector ganadero, le van a dejar muy claro que una cosa es dar un mitin y otra muy distinta llevar el peso de una cartera ministerial.

Más en twitter: @javierfumero

 
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