Cataluña está missing
La actualidad va a toda velocidad. Basta ver la angustia de algunos todólogos al tener que pasar, en décimas de segundo, de expertos en vulcanología a especialistas en geopolítica mundial, inflación, el tratamiento del gas licuado y las principales corrientes internas del Partido Popular. Deben acabar agotados, exhaustos.
Quizás por eso, por el ritmo vertiginoso de la información y por el creciente déficit de atención que padecemos, los temas duran menos en primera plana. Por muy duros que sean los acontecimientos –véase la guerra en Ucrania, por ejemplo- tenemos un límite, una capacidad de aguante que cada vez es menor. Todo nos termina saturando y acabamos girando la cabeza.
¿Será esta la razón de que la independencia de Cataluña haya pasado a ser un tema de segundo nivel?
Hay un dato que se citó hace un par de semanas como de pasada, bastante relevante. El Centre d’Estudis d’Opinió (CEO) de la Generalitat, el llamado CIS catalán, publicó el pasado 17 de marzo el resultado de un amplio sondeo que confirma un desplome entre los partidarios del “sí” a la independencia de Cataluña. El 53,3% de los catalanes rechaza expresamente en estos momentos la separación y el 38,8% dice estar a favor de un Estado independiente.
En once meses, el respaldo al separatismo ha caído casi seis puntos porcentuales. Esta cifra nunca antes había quedado por debajo del 40%. El sondeo que se hizo público hace un año, en enero de 2021, situaba en cuatro puntos la diferencia a favor del no. Ahora, esta distancia se ha ensanchado hasta más allá de los catorce puntos. Ojo: se trata del trabajo demoscópico de un organismo oficial de la Generalitat, donde gobiernan en coalición dos partidos abiertamente independentistas. Es decir, que si hay ‘cocina’ al estilo Tezanos habrá maquillado incluso esta caída, que podría ser realmente mayor.
¿Qué está pasando? ¿Se habrán convencido los catalanes sensatos de que se trata de una batalla inútil que sólo les genera pobreza y aislamiento? ¿Será un problema de los líderes independentistas, sin crédito ya ni prestigio? ¿Habrá hartazgo por tanto dinero desviado hacia ensoñaciones tan poco pragmáticas como la causa indepe? ¿Será todo esto fruto del ‘abrazo del oso’ de Pedro Sánchez frente al choque frontal por el que apostó Rajoy?
Lo cierto es que pasan los meses y el tema catalán parece haber desaparecido de los telediarios. Personalmente, lo agradezco bastante. Ojalá sea reflejo de que la obstinación ha dejado paso a la cordura.
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