Los muy catetos

El Ayuntamiento de Sabadell acaba de enviar un informe a diversas entidades locales para explicar que, a juicio de un historiador consultado por el consistorio, la ciudad debería eliminar de su callejero el nombre de una plaza dedicada a Antonio Machado.

El experto llamado Josep Abad asegura que el poeta fue “españolista y anticatalanista”. Entiende que es preciso, también, rebautizar cuanto antes otras calles dedicadas a Francisco de Goya y Calderón de la Barca, que reflejan –asegura- “un modelo pseudocultural franquista”.

Para este historiador Garcilaso de la Vega, Luis de Góngora y Mariano José de Larra también deberían desaparecer del callejero de Sabadell.

El caso deja estupefacto a cualquier persona sensata. Pero si uno profundiza en las explicaciones de este analista, pasa del asombro a la incredulidad.

Este señor asegura que la obra de Antonio Machado “es una exaltación de Castilla (a través de su paisaje) como núcleo y esencia del Estado español, lo cual incluye una idea excluyente de la diversidad”.

Mi primera conclusión es que este supuesto investigador no ha leído a Machado. Y eso es grave si se lanzan acusaciones de este tipo. En segundo lugar, alguien que realiza un diagnóstico de este nivel, con tan poco rigor y juicio, parece muy obcecado, cerril, poco apto para tareas de asesoría.

La polémica ha llegado a tal punto que el alcalde de Sabadell ha señalado este martes a través de Twitter que no cambiará el nombre de la plaza de Machado, aunque admite que el consistorio quiere eliminar del callejero nombres de “fascistas”.

Claro. El problema es que el ansia censora de la Corporación ha terminado por cegarles un poquito, les ha hecho quedar como catetos y han terminado por hacer el ridículo.

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