Javier Fumero

Civilizados o simplemente borregos

La campaña de vacunación se está desarrollando con cierta polémica, por los criterios de prioridad aplicados en algunas regiones
La campaña de vacunación se está desarrollando con cierta polémica, por los criterios de prioridad aplicados en algunas regiones

Me ha llamado la atención la respuesta del pueblo español a la campaña de vacunación. Ha sido ejemplar. Pero ejemplar hasta el punto de que es difícil encontrar un país de nuestro entorno que se haya comportado mejor. Pero, como dice el humorista, tampoco digo que me lo mejores, iguálamelo.

El Ministerio de Sanidad desveló este martes que España ha superado los 36 millones de habitantes con la pauta completa de vacunación frente al Covid-19. Eso significa que el 85,5% de la población ‘diana’, es decir, el objetivo prioritario de la inmunización, ya cuenta con la pauta completa; y el 88,9% con, al menos, una dosis. Es brutal.

Los demás países, con alguna excepción como Israel, nos sigue a cierta distancia. Y algunos, a bastante más. Según explican los científicos, esto es muy importante de cara al fin de la pandemia. ¿Cómo se evitan nuevas cepas, nuevas mutaciones del bicho potencialmente más dañinas? Cortándole al virus su capacidad de contagio. Y eso lo logra, en un muy alto porcentaje (no total), las vacunas.

La principal causa del retraso en las naciones rezagadas no es de disponibilidad de viales, ni de dinero para pagarlas, ni de suministros, ni de falta de puntos de vacunación. Es de suspicacia y rechazo a la campaña de una parte de la población. Hay quien no se fía, hay quien no quiere correr riesgos, hay quien asegura que todo es un camelo, hay quien está muerto de miedo en general y se encuentra paralizado…

En España hemos acudido todos, prietas las filas, a la llamada de papá Estado en busca de la inmunización. Personalmente, lo vuelvo a decir, me parece estupendo. Una demostración de mucha sensatez y cordura. Lo mejor para avanzar hacia la normalidad.

Pero algunas personas con las que he comentado el asunto me han sugerido otra inquietante posibilidad: ¿y si esta docilidad obedece a que aquí somos como borregos? Es decir, la reacción de la población española a esta campaña puede haber sido la de esos corderitos, mansos y sumisos, que obedecen, sin rechistar, la voz del amo. ¿Por aquí? Por aquí. Ni me planteo otra alternativa.

Pienso que, al menos en este caso, no ha sido así. Pero el comentario me preocupa. Máxime en estos momentos en los que tantas voces insisten en que esta sociedad española parece adormecida, sin vigor. La clase política hace y deshace a su antojo, y sus tropelías apenas tienen consecuencias.

Es para echarle una pensada.

Más en twitter: @javierfumero

 
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