Javier Fumero

Ella fue la clave en la caída del clan Pujol

Yo quiero acordarme hoy, cuando se confirma el derrumbe de la familia Pujol, de la mujer que fue el origen de todo: María Victoria Álvarez.

Ella fue durante tres años la novia de Jordi Pujol Ferrusola y la persona que acusó al primogénito del ex presidente de la Generalitat de realizar viajes a Andorra con bolsas llenas de billetes de 500 euros.

Acudió a sede judicial para confirmarlo. Declaró ante la Policía en el complejo de Canillas de Madrid el 13 de diciembre de 2012. Y ratificó su testimonio ante el juez Pablo Ruz, el 17 de enero de 2013 en la Audiencia Nacional.

También declaró haber hecho viajes con su ex compañero sentimental a México y a Londres, donde se reunía con expertos blanqueadores de dinero.

De ahí surgió todo. Esto fue lo que llevó entonces a la familia Pujol a admitir, al menos parcialmente, que poseían cuentas en el extranjero.

Al principio en Cataluña le llamaban “loca” (como aquellos muchachos del barrio que cantaban Perales y Mocedades) y la acusaron de actuar por despecho. Pero pasado el tiempo, sus revelaciones han ido confirmándose, una por una.

Ella siempre dijo que iban a salir más nombres de empresarios y de políticos como parte de esta trama. Todo lo que tenía montado la familia Pujol alrededor suyo –advertía- no se logra sin el apoyo de más gente. Es imposible, insistía. Y remataba: saldrán más nombres. Así ha sucedido.

Sin embargo, lo que son las cosas de la vida, acabo de leer que María Victoria está pagando cara su osadía. Está arruinada y sin ingresos. Ha tenido que cerrar varias empresas por la presión mediática y por haber estado tanto tiempo en el ojo del huracán.

Es una pena.

 

Más en twitter: @javierfumero

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