Javier Fumero

El comisario de Policía que llama para solucionar las cosas

Oposiciones para Policía Nacional: ¿Qué debo saber?
Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado tiene una gran responsabilidad por todo lo que la sociedad pone en sus manos

Este lunes publiqué un comentario en este blog relacionado con un tema de actualidad: los casos de abuso policial en Estados Unidos. Mi reflexión intentaba hacer hincapié en la gran responsabilidad que tienen las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado por todo lo que ponemos en sus manos.

En esa pieza hacía alusión a un suceso que tuvo lugar en Tenerife y protagonizaron varios miembros de la policía vestidos de paisano. Por no repetirme (aquí está todo relatado con cierto detalle) solo diré que un gran amigo se llevó una soberana paliza tras un inocente desaire a los agentes mientras conducía.

Aludo de nuevo a la cuestión porque este martes he recibido dos llamadas telefónicas. En primer lugar, me ha contactado el responsable de prensa de la Policía Nacional en Tenerife. Quería saber más detalles sobre el suceso para tomar cartas en el asunto. Le parecía algo intolerable. Había que intentar identificar a los responsables, probar los hechos y actuar contra ellos.

Le expliqué a mi interlocutor que el relato contaba algo sucedido 35 años atrás. No lo dejé claro en mi escrito –mea culpa- pero no es que los hechos estuvieran prescritos, que también: es que los responsables estarían ya jubilados. La conversación fue bastante cordial y agradecí el interés mostrado.

Unos minutos después, volvió a sonar el teléfono. Era el comisario provincial de Tenerife. Quería confirmar lo que le acaba de transmitir el portavoz de la policía, porque esa mañana había dado instrucciones para judicializar el caso. Estaba dispuesto a acudir al juzgado de guardia e incoar diligencias previas.

Le volví a agradecer la iniciativa y estuvimos charlando sobre la actual situación en el cuerpo. No estamos aquí para permitir atropellos de este tipo, me vino a decir. Tengo que salvaguardar la imagen de mis policías. No se merecen que nadie dude de su reputación.

Es cierto. Por eso lo quiero dejar claro con esta adenda a mi escrito anterior. Han cambiado mucho las cosas desde que sucedió el incidente que relaté el lunes. Como ven, hemos crecido como sociedad.

Aunque algunas veces no nos lo parezca –porque algunos retrocesos también se han dado en determinadas cuestiones- ahora existe una mayor sensibilidad hacia la protección de los derechos individuales. No tengo ninguna duda: cada vez es más difícil actuar con impunidad y ocultar abusos.

En mi blog anterior hablaba de otros tiempos. Menos mal.

 

Más en twitter: @javierfumero

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