Congreso Fest

He estado fuera de Madrid unos días y he llegado justo al pim, pam, pum en el Congreso de los Diputados con el disputado voto del señor del PP. Menudo show. Parecido al zipizape que se ha montado, si no he entendido mal, con el Benidorm Fest ese, organizado para elegir al cantante que representará a España en Eurovisión. Una vergüenza.

El problema aquí, en la Carrera de San Jerónimo, es que estamos tocando algo muy serio, como es el órgano constitucional que representa al pueblo español. Ni más ni menos. Y nuestros políticos han vuelto a demostrar que no están a la altura de las circunstancias. A la derecha y a la izquierda.

Porque para postre hemos tenido el sainete del decreto sobre las mascarillas. Como se desveló en exclusiva hace días en estas páginas, el Gobierno recurrió a la artimaña de incluir una subida de las pensiones pendiente para nuestros mayores en el texto para la convalidación de esa medida sanitaria que se votó la semana pasada. Es decir, que votar NO al decreto era negar el incremento a los abuelos. De traca. Pues después de esta patraña, el Gobierno anuncia que este jueves termina la obligación de llevar mascarilla en la calle. Chimpún.

Se están cargando la confianza de los ciudadanos en sus dirigentes y sus instituciones. Es grave. No es serio. No nos merecemos esto.

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