Javier Fumero

Si el corrupto es de los nuestros, es menos corrupto

Congreso de los Diputados
Congreso de los Diputados

El caso reciente más flagrante en estos momentos del conocido dicho de que “consejos vendo que para mi no tengo” en la política española es el de Laura Borrás.

El Supremo tiene intención de investigar a esta diputada de Junts per Catalunya por presuntos delitos de malversación de caudales públicos, falsedad documental y fraude a la administración cuando ostentaba el cargo de directora de la Institució de les Lletres Catalanes (ILC).

El juez considera que existen indicios racionales de que durante los años 2013 al 2017 este organismo catalán adjudicó al menos 18 contratos menores, por un importe total de 259.863 euros, de forma directa o indirecta a través de sociedades, al empresario amigo Isaías Herrero.

Borràs y Herrero, según el juez, habrían actuado de común acuerdo mediante el fraccionamiento ilegal de esos contratos y la falsificación de los presupuestos presentados en cada uno de los expedientes, simulando la participación de terceras personas independientes.

Los hechos, como se puede ver, tiene muy mala pinta. De hecho, Laura Borrás está a un paso de perder su condición de aforada y verse obligada a comparecer ante el Supremo. Falta una votación. Pero este jueves los partidos políticos ya han tenido que retratarse en la comisión del Estatuto del Diputado. Y no se pierdan lo que ha pasado.

El resultado ha sido el siguiente: PSOE, PP, Vox y Ciudadanos han votado a favor de conceder el suplicatorio. PNV y JuntsxCat han votado en contra. Unidas Podemos se ha abstenido y ERC y Bildu no han participado en la votación.

¿Qué les parece? Recuerdo que PSOE, Unidas Podemos, PNV, ERC, JxCat (era el PDeCAT entonces) y Bildu votaron SÍ a la moción de censura contra Mariano Rajoy hace dos años, organizada para denunciar la corrupción política, para marcar distancias con los corruptos.

¿Qué ha sucedido este jueves? Que Podemos, los nacionalistas vascos y los independentistas catalanes y vascos se han desmarcado de otra votación muy similar a la 2018, pero que afectaba esta vez a una presunta corrupta señalada explícitamente por un juez (no fue el caso de Rajoy).

¿Por qué está incongruencia? Pues cabe entender que porque Laura Borrás es “de ellos”, de esa selecta hermandad de los que no están bajo los criterios éticos y morales que afectan al común de los mortales.

 

Si el corrupto es rival, leña al mono y escándalo social. Si es de los nuestros, se mira para otro lado, se vota en contra, se permite todo, que la vida es muy complicada. Debería caérseles la cara de vergüenza. A ellos y a quienes les votan.

Más en twitter: @javierfumero

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