Javier Fumero

Lo que le dice la Pitonisa a Pedro Sánchez

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, interviene durante una sesión plenaria en el Congreso de los Diputados
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, interviene durante una sesión plenaria en el Congreso de los Diputados

Pedro Sánchez va a salir de la negociación de estos Presupuestos gravemente marcado. A un año y poco de las elecciones generales los sapos que va a tener que tragar para sacar adelante las cuentas públicas le van a pasar factura sí o sí. Pongo sólo dos ejemplos: a) la reforma del delito de sedición; y b) el visto bueno a las selecciones deportivas del País Vasco.

Se trata de dos cesiones a los socios de Gobierno de casi imposible digestión. Esto no lo van a olvidar fácilmente los españoles. ¿Modificar la ley a medida de unos malhechores para seguir en La Moncloa? ¿Permitir una excepción en un tema que afecta a lo que es España y su carácter representativo por seguir en el poder? ¿Tiene Pedro Sánchez algún límite o sería capaz de vender a un familiar por simple interés personal?

El relato es tan duro que me sigo haciendo preguntas: ¿Cómo es posible que Sánchez esté dispuesto a asumir este desgaste cuando va tan tocado en las encuestas? Se me ocurren varias respuestas. La primera es que no ha podido prorrogar estos Presupuestos. Esa opción debe haberse contemplado y descartado sobre la marcha, probablemente por la caótica situación económica del país que exige actualizar forzosamente gastos e ingresos a las actuales circunstancias.

La segunda es que rechaza de plano disolver en estos momentos el Parlamento y adelantar las elecciones. Es una de sus atribuciones, pero varias razones se lo han desaconsejado. A saber:

Primero. Las encuestas son en estos momentos desastrosas para el PSOE. Efectivamente, todos los sondeos serios (dignos y honestos, quiero decir) confirman que el PP va claramente por delante en intención de voto. Pero hay más: Unidas Podemos es un globo pinchado y la plataforma de Yolanda Díaz todavía es humo. Es decir, los socialistas no tienen con quién sumar. Hay que ganar tiempo. Mientras tanto, Vox ha crecido hasta convertirse en opción de gobierno sumando (ellos sí) con los ‘populares’, aunque bien es cierto que la formación de Abascal lleva varios meses perdiendo fuelle: quizás esta tendencia también se consolide con el paso de las semanas.

Segundo. Pedro está seguro de que vendrán tiempos mejores y le conviene esperar. Confía en que la guerra en Ucrania no será eterna y los peores indicadores derivados del conflicto pueden darse la vuelta: bajará el precio de la electricidad, de los carburantes, de los alimentos, acabarán los problemas por falta de suministros, volverán las inversiones por la recuperación de la confianza… Entonces se habrán dado también las condiciones para que hayan surtido efecto las inyecciones del dinero que ha llegado de Europa. Si se recupera la economía de aquí a un año, le habrá dicho la Pitonisa, Pedro podrá vender que él ha sido el artífice del cambio y la mejoría.

Tercero. España asume en el primer semestre de 2023 la presidencia de la Unión Europea. Como ya se pudo ver durante la cumbre de la OTAN, estas cosas se le dan muy bien al presidente español. Y él lo sabe. De ahí que no contemple ahora un adelanto electoral (y haya prorrogado los Presupuestos tragando tanta quina): para poder ganar impulso con este espaldarazo internacional, propio de un estadista. En ello está. Para eso creó el Gobierno el pasado mes de febrero un comité organizador, con el ministro Albares al frente de la estrategia que se centrará en profundizar en la relación entre la Unión Europea y América Latina.

Más en twitter: @javierfumero

 
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