Javier Fumero

Dilemas de la izquierda chuli

La vicepresidenta Yolanda Díaz, flanqueada por Ada Colau, alcaldesa de Barcelona, y Mónica García, líder de Más Madrid.
La vicepresidenta Yolanda Díaz, flanqueada por Ada Colau, alcaldesa de Barcelona, y Mónica García, líder de Más Madrid.

Así han calificado desde el PP el proyecto de Yolanda Díaz: “la izquierda chuli”, esa propuesta amable y dialogante, que pretende marcar distancias con el populismo latino y el radicalismo cerril. Una izquierda que se presenta como pragmática, responsable, capaz de pactar por el centro, y con sentido de Estado. Confiable, sin estridencias, un movimiento integrador.

El problema que plantea la propuesta de Sumar es el conocido dicho de la manta corta en las noches de frío. O te proteges hasta el cuello y descuidas los pies, o te cubres los pies y el trapo te deja al descubierto medio cuerpo por arriba. En cualquiera de los casos, resfriado seguro. Porque Sumar puede captar votos por el centro, claro, pero hay dudas de si eso es compatible con el votante cañero, anticapitalista, rupturista y antisistema del 15-M: ese puede huir despavorido del merengue cocinado por doña Yolanda.

Hay otro dilema más. Pedro Sánchez ha promovido todo lo posible a la vicepresidenta para dejar de depender de este Podemos que tantos quebraderos de cabeza le ha dado. Además, si le salen las cuentas, también pretende prescindir en un futuro de los nacionalismos de ERC, Bildu y PNV, siempre insaciables en sus reclamaciones. Pero si Sumar no gana por la extrema izquierda le robará votos del centro moderado al propio PSOE y el líder socialista habrá hecho un pan como unas tortas, es decir, habrá alimentado un monstruo que al final puede terminar quitándole a ellos mismos la victoria.

Y hay un tercer problema para la izquierda en ciernes, más inmediato. Yolanda Díaz ha empezado a erosionar con su plataforma la marca Unidas Podemos. Ya lo está haciendo. Ione Belarra, Irene Montero, Pablo Iglesias… están quedando estas semanas ante el electorado de toda España como los radicales de la fiesta, la chusma indeseable… frente a la izquierda perfumada, de guante blanco, fetén y sensata.

Esto le puede pasar factura grave al partido morado en las elecciones autonómicas y municipales del 28-M, a las que –paradojas de la vida- no se presenta Sumar. Es decir, más problemas para el PSOE si necesita pactar en junio con algún partido a su izquierda en alcaldías, municipios y comunidades. Si tú no sumas, suman los otros: PP y Vox. (Y suma Yolanda, que negociará con Podemos desde una posición más fuerte la confluencia futura). Pero, por lo pronto, la pérdida de plazas puede ser de escándalo.

Más en twitter: @javierfumero

 
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