Dónde se ha metido Susana Díaz
Insisto: “El poder desgasta… a quien no lo tiene”. O dicho de otro modo: la oposición es el peor lugar del mundo en la vida política. Que se lo digan a Susana Díaz, la líder andaluza que a punto estuvo de capitanear el PSOE post Zapatero y convertirse, muy probablemente, en la primera presidenta de un gobierno en España.
Estuvo muy, muy cerca. Tanto que ahora extraña su mutis por el foro. No parece estar llevando nada bien su salida de la Junta de Andalucía y hay elementos que lo confirmarían. El principal, las voces internas del PSOE que la acusan de un perfil demasiado bajo, de estar dormida, de emplear una estrategia tibia y sin fuste para contrarrestar el gobierno de PP y Ciudadanos en la región.
Los socialistas gobernaron Andalucía durante 37 años pero en 18 meses, pandemia sin precedentes incluida, el ejecutivo de Juan Manuel Moreno parece haber dado con la tecla y cabalga en las encuestas con una imagen de moderación y eficiencia. Moreno es más Feijóo que Cayetana Álvarez de Toledo y eso se está traduciendo en apoyos de potenciales votantes.
El PP no es el coco que algunos hicieron creer y Vox no ha logrado canibalizar el ejecutivo con políticas de ultraderecha. Todo tiene un tono más sosegado y técnico de lo que podía pensarse en un principio, al comprobar los extraños compañeros de cama que debían gobernar a los andaluces. Es decir, socialistas y podemitas tienen un problema.
Mientras tanto, ¿dónde está Susana Díaz? ¿Dónde se ha metido? La pregunta, dicho lo dicho, es especialmente pertinente y se la hacen –insisto- en Ferraz, donde hay quien empieza a plantear, incluso, una operación de asalto a medio plazo.
Susana sólo habla con unos pocos. No emite. Su estrategia parece errática y falta de contundencia. Como sucede en Madrid, donde se ha entrado a apuntalar a Ángel Gabilondo contra Díaz Ayuso, pero peor por lo que supone que el PP pueda asentarse en Andalucía. Sería terrible para un feudo histórico.
Susana no logra acaparar el foco, tomar el centro de la pista. Esto resulta especialmente grave en las actuales circunstancias. Todos los gobiernos nacionales y locales –salvo raras excepciones- están sufriendo el desgaste de la gestión de esta tremenda crisis sanitaria para la que nadie estaba preparado. Pero en Andalucía no es así.
¿Intervendrá Pedro Sánchez? ¿Tomarán desde Madrid cartas en el asunto? ¿Habrá algún movimiento a nivel regional? De momento, este 2020 parece amortizado: el Congreso regional del PSOE no se celebrará antes de 2021. La ministra María Jesús Montero, Mario Jiménez, Juan Espadas y algún otro aspirante local permanecen al acecho.
Juanma Moreno y Juan Marín parecen tener asegurada en el Palacio de San Telmo una plácida navegación hacia el ecuador de su legislatura.
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