Dopada por el abuelo
Estos días ha saltado a primera plana el caso de una chica prodigio del patinaje sobre hielo. ¿Desde cuándo me interesan estos temas? Pues admito que empecé a seguirlo con la irrupción del campeón español Javier Fernández. Me vi el resumen de algunas finales y descubrí el talento del hispano… y de ese otro gran patinador que –como el español- también entrenaba a las órdenes de Brian Orser: Yuzuru Hanyu. Qué maravilla. Qué duelos.
Las mismas sensaciones me había provocado ahora la irrupción de esta chica rusa de 15 años llamada Kamila Valieva. Les invito a ver algún vídeo de sus actuaciones en los Juegos Olímpicos de Pekín. Verán que es una delicia. Se mueve como los ángeles, apenas sin esfuerzo y como si esos saltos y piruetas fueran algo sencillo y natural.
Sin embargo, mi decepción ha sido enorme al saber que ha sido pillada consumiendo trimetazidina, un fármaco prohibido por la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) que mejora la función cardíaca en ejercicios que requieren especial esfuerzo físico. Vaya chasco.
La patinadora ha argumentado en su defensa que tomó ese fármaco por error al beber del vaso de su abuelo, ya que él sí lo tiene prescrito. Y lo más sorprendente es que los miembros del Tribunal Arbitral del Deporte (TAS) han tragado: le han permitido participar en la prueba individual tras oír al Comité Olímpico Internacional, a la AMA, a la federación de patinaje (estas tres organizaciones querían sancionarla), y al Comité Olímpico Ruso, la agencia rusa antidopaje y la propia patinadora (que solicitaban que siguiera en competición durante estos Juegos).
No lo entiendo. Me parece un precedente nefasto. Porque prácticamente todos los dopados tienen una justificación que explicaría su inocencia: desde un bistec mal aliñado con clembuterol hasta la ingesta de un medicamento por preceptiva prescripción médica. No. Si usted se equivocó de vaso y agarró el de su abuelo (es que da risa sólo de pensar en esa posibilidad) se va a su casa y la próxima vez tiene más cuidado. Está en juego la credibilidad de la competición, que ahora está bajo la sombra del dopaje.
Más en twitter: @javierfumero
