Javier Fumero

El lío de Pedro Sánchez

Pedro Sánchez visita Hersill
Pedro Sánchez visita Hersill

La frase fue acuñada por Mariano Rajoy en 2012. Se encontraba en las escaleras de La Moncloa para recibir al entonces líder de Convergençia i Unió, Artur Mas. Entonces, mientras el presidente del Gobierno estrechaba la mano al recién llegado, un micrófono oculto captó la frase genial:

-- “Uff, vivo en el lío”.

El lío de Rajoy no era pequeño por aquellas fechas. Intentaba capear un temporal que amenazaba con empujar al colapso a un país al borde la quiebra. Paro desbocado, los bancos atrapados por los impagos y el ladrillo, las cajas saqueadas y por rescatar, hundimiento del sector inmobiliario, los hogares endeudados…

La prima de riesgo de España llegó a alcanzar aquel verano la cifra récord de 638 puntos básicos. Para entender el alcance de este guarismo basta una comparación: hoy, aunque se abre ante nosotros un abismo de incertidumbre colosal, este mismo indicador que mide la confianza de los inversores cerró el viernes en 141 puntos.

Sin embargo, uno tiene la sensación de que el actual Gobierno naufraga. Y en muchos frentes. No hablo de un fallo puntual. Es una cadena de errores graves, de envergadura, a cada cual más intolerable:

-- El caos sobre las cifras de muertes y contagiados por la Covid-19 no tiene un pase: es algo que debería estar ya resuelto. El sainete por la compra de material sanitario imprescindible a empresas de chichinabo es de auténtica vergüenza. Seguimos sin unos test vitales para la desescalada que fueron prometidos hace semanas. La torpe ofensiva contra las críticas al Ejecutivo disfrazada de amor por la veracidad ha sido bochornosa.

Y de fondo, tres índices tremendos que exigen una auditoría a fondo (cuando todo esto acabe) y que deberá culminar con la exigencia de responsabilidades: a) el número de muertos por habitante (el mayor del mundo); b) el número de contagios entre los profesionales sanitarios (también el mayor del mundo), y c) el número de muertos en residencias de ancianos (entre los más grandes del mundo aunque, en este caso, alineados con países de nuestro entorno).

El clamor por el lío en el que vive Pedro Sánchez es de tal magnitud que se está produciendo un hecho llamativo: cada vez se escuchan más voces críticas con el Gobierno… desde la propia izquierda. Fíjense y caerán en la cuenta. No hablo de un tertuliano aislado o de un analista puntual.

Pese a la intensa presión que ejerce estas semanas el establisment socialista para imponer el “ahora no toca”, “criticar es desleal y antipatriota”, “en otros países todos están apoyando al que gobierna”, “es el momento de estar unidos”, “no se puede ser el capitán a posteriori”, etc., cada vez son más las personas que no pueden más y empiezan a tachar de incapaces a los gestores de Moncloa.

 

Pedro Sánchez está metido en un buen lío: el que ha creado él mismo.

Más en twitter: @javierfumero

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