Javier Fumero

Estas elecciones no han sido inútiles: ¡se acabó el comodín!

Papeletas para unas elecciones.
Papeletas para unas elecciones en España.

“Para este viaje no hacían falta estas alforjas”. Estas han sido las palabras de Pablo Casado este martes al conocer el principio de acuerdo entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias para un gobierno de coalición, día y medio después del cierre de las urnas.

¿Y ahora qué ha cambiado? ¿No dijo Pedro Sánchez en septiembre que no podría dormir tranquilo (ni el 95% de los españoles) con Podemos en el Gobierno? ¿Qué hará ahora: tomar ‘Dormidina’? ¿No hemos perdido siete meses en balde?

No digo que no. Porque me subleva la estulticia de nuestra clase política, que mira únicamente por su interés y demasiadas veces olvida que se deben a un país, al interés general y a unos ciudadanos. Además, me asombra esta capacidad que tienen algunos líderes políticos para contradecirse abiertamente en tan poco tiempo, sin rubor, sin vergüenza.

Y siendo cierto esto, quiero apuntar tres reflexiones sobre el efecto benéfico que pueden tener los comicios celebrados el pasado domingo. A saber:

a) El más importante. Estas elecciones sientan un precedente de gran relevancia. Vienen tiempos de victorias precarias en las urnas, que exigirán grandes dosis de diálogo y pactos, negociación y búsqueda de consensos. Ya se ha dicho. Pero una cosa es hablar, teorizar, y otra muy distinta lo que ha pasado. Hasta ahora existía este comodín, que utilizó por primera vez Mariano Rajoy en 2015, de recurrir a unas nuevas elecciones si las negociaciones no se acercaban al ideal establecido por el partido con más votos. Rajoy dijo que se plantaba, convocó para 2016... y le salió bien. Recibió más apoyo y la oposición tuvo que ceder.

Pues bien. El 10-N ha salido rana para el partido que ha intentado exactamente lo mismo. Pérdida de apoyos, ridículo manifiesto, crecimiento de la derecha conservadora… y el envaine consiguiente por parte del partido que tenía la sartén por el mango. El pueblo ha penalizado al bloque que pudo gobernar y no llegó a un acuerdo. Ahora están peor que hace siete meses. Ellos lo han querido.

Que este mensaje, duro y contundente, ha llegado alto y claro al oído de los protagonistas del desaguisado lo demuestra la celeridad con la que se ha anunciado este pacto entre Sánchez e Iglesias. Esto no es nada malo. Sienta un precedente, insisto, que será de gran ayuda ante futuros escenarios negociadores. Ya no vale acudir tan ligeramente al comodín de las urnas: te puede explotar en la cara. Cede, pacta y resuelve.

b) Otro efecto benéfico del domingo es ver a la CUP en sede parlamentaria. Algunos lo interpretan al revés: ¡qué horror ver a los antisistema en el hemiciclo! Es como meter al demonio en la casa de todos los españoles, dicen. Opino todo lo contrario: si los radicales se avienen a jugar a la democracia se alejan de los contenedores quemados y las barricadas. Al menos sus argumentos guerrilleros como única forma de expresión quedan deslegitimados: expongan con respeto lo que piensan, convénzannos con argumentos (y no con cócteles molotov), votemos y acaten.

c) La tercera buena noticia de estos comicios ha sido el impecable y rápido recuento de votos al que asistimos el domingo, responsabilidad de INDRA. España puede presumir ante el mundo desarrollado de tener uno de los sistemas más modernos y efectivos en este tipo de cometidos. Creo que es para subrayarlo, ponerlo en valor y estar orgullosos.

 

Más en twitter: @javierfumero

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