Javier Fumero

Es la ‘fake politics’: PSOE y PP rompen pero poco

Pedro Sánchez empieza a revelar sus pactos secretos con ERC.
Congreso de los diputados

Algunos políticos que pisan alfombra en el Congreso de los Diputados se van quejando amargamente de la escasa popularidad de la que goza su profesión de servicio público. Que si la culpa es de la prensa, que si la responsabilidad es de voceros que malmeten, que si son cuatro corruptos que dañan al resto... No. Ellos solitos se están cargando el prestigio con gestos como al que hoy me voy a referir.

Me refiero al grandilocuente anuncio, realizado por Moncloa el pasado 24 de octubre, sobre la ruptura de relaciones con el Partido Popular. El modo de proceder llamó la atención de los cronistas parlamentarios porque no se recordaban precedentes. Hubo un aviso solemne, mediante un mensaje directo a través de WhatsApp, dirigido a los periodistas de información parlamentaria: el jefe del Ejecutivo –y por ende, el Gobierno- rompe relaciones con el Partido Popular y su líder Pablo Casado, decía el texto.

La acusación de que Pedro Sánchez se alineaba junto a los golpistas catalanes –explicaba el equipo del presidente- era del todo inaceptable. Y mucho más el reproche de complicidad con el ataque a la democracia por parte de los independentistas catalanes. Casado “había roto el respeto institucional” y ello obligaba a una ruptura formal con cajas destempladas.

Legítimo, claro, pero imprudente. Como se ha demostrado.

Estos gestos hay que medirlos bien. Otear el futuro y calibrar las consecuencias, el grado de éxito que tendrá el pulso. En caso contrario, sucederá algo muy grave: Pedro Sánchez va a perder credibilidad, una de las virtudes más preciadas de un gobernante.

Ver a PP y PSOE pastelear, dos semanas después de ese anuncio, con el reparto de nombramientos en el Consejo General del Poder Judicial ha dejado al presidente más tocado de lo que él pueda suponer. Y daña de nuevo, insisto, a toda la clase política. Uno termina concluyendo que no tienen palabra, no hay que fiarse de lo que digan.

Estamos cayendo, con preocupante entusiasmo, en el mundo de la ‘fake politics’. Después vendrán los lloros y lamentaciones.

Más en twitter: @javierfumero

 
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