Si no lo hace la izquierda nada tiene pedigrí
Menos mal que nos queda la vida real. Ahí se podrá volver a debatir con calma, entiendo. Antes (¿se acuerdan?), cuando nos podíamos reunir a comer, a tomar unas cervezas amenizadas con una conversación tranquila, se podía charlar de forma razonada, exponer y escuchar argumentos, pensar y después, con calma, reflexionar hasta concluir.
Ahora todo el mundo parece salido de una trinchera. Es como si viniera crispado de fábrica. Qué intensidad, por favor. Después, nos vemos obligados a tratar todo desde la distancia, por Zoom, por guasap, por redes sociales… Así no hay manera. La impresión es que todo está ideologizado, cargado de bilis y listo para ser arrojado al contrario.
Es la percepción que tengo de la inauguración en Madrid de un gran hospital para pandemias construido en tiempo récord –tres meses y diez días-, un centro sanitario de emergencias de uso permanente cuyo objetivo principal será descongestionar al resto de los centros de la región para que retomen su actividad habitual no Covid. Algunos datos:
-- Las instalaciones ocupan 80.000 metros cuadrados, que incluye 2.000 metros cuadrados para un edificio de usos múltiples sanitarios donde irá el Centro de Coordinación del SUMMA 112 (emergencias) y el Laboratorio Regional de Salud Pública.
-- El Hospital contará con 1.008 camas de hospitalización organizadas modularmente en torno a controles de Enfermería y 48 camas para UCIs, de las cuales 16 serán de cuidados intensivos y 32 de cuidados intermedios. Es decir, un total de 1.056 camas.
-- Se instalará la UCI más avanzada de la Comunidad de Madrid, con capacidad de presión negativa, puestos individuales, paneles acristalados para que el paciente sea monitorizado desde el control de enfermería y sistemas de exclusas con doble puerta automática para garantizar la seguridad de los sanitarios.
-- Contará con un sistema de Identificación biométrica, tanto para pacientes como para profesionales, a través de reconocimiento facial y huella dactilar. Tendrá 12 renovaciones del aire de cada pabellón cada hora (el triple que se aplicó en IFEMA), para reducir el riesgo de contagios. Además, el aire nuevo se arroja por el circuito limpio (sanitarios) y el aire del pabellón se recoge por el circuito sucio (pacientes contagiados).
-- Habrá hasta 5 kilómetros de fibra óptica, 120 equipos centrales para permitir la conectividad de red y 300 puntos de acceso WI-FI. Se han construido 6.800 metros cuadrados de instalaciones centrales (calderas, climatización, suministros, transformadores, etc.) ubicadas bajo rasante y que conectan todos los edificios del nuevo hospital y el Instituto de Medicina Legal.
-- En las obras han participado en total 635 empresas y 1.350 trabajadores simultáneamente, organizados en tres turnos de trabajo que han cubierto las 24 horas y los siete días de la semana. Se han empleado 5,3 millones de kilos de acero, 16,1 kilómetros de pilotes que forman parte de su cimentación (más de 1.000 pilotes) y se han movido 100.000 metros cúbicos de tierra.
-- La construcción de este hospital tendrá un coste que rondará los 100 millones de euros, una cantidad superior a la inicialmente estimada por la introducción de mejoras inicialmente no previstas.
Pues nada. Toda la izquierda al unísono se ha alzado en armas: vaya aberración, menudo robo, qué despilfarro, qué atropello para los médicos, qué descontrol del gasto, el dinero hacía falta en otro lado, qué prisas, cuánta imprevisión… No entiendo nada. El proyecto tendrá defectos, fallos y descompensaciones. Vale. Pero, ¿todo es malo? ¿todo? Eso es lo que escuchas.
La derecha política pone en marcha un hospital público, para beneficio de todos, pero eso no sirve, no vale. Claro. Visto lo visto, uno no se pregunta: ¿tendrán razón en sus críticas o hay alguna intención oculta? ¿qué datos aportan? ¿argumentarían igual si al frente de Madrid estuviera Manuela Carmena o Ángel Gabilondo? ¿Es que si no lo hace la izquierda nada tiene pedigrí?
Más en twitter: @javierfumero
