Javier Fumero

España ha caído en la irrelevancia

Militares en la playa de El Tarajal, de Ceuta.
Militares en la playa de El Tarajal, en Ceuta.

El bofetón de Marruecos a España en la cara de esos miles de compatriotas movilizados y abandonados a su suerte frente a las costas españolas de Ceuta y Melilla refleja, bien a las claras, la nula capacidad de influencia que tiene en estos momentos nuestro país en el exterior.

Somos irrelevantes. No tenemos ninguna capacidad de disuasión. Nos toman por el pito del sereno. Nos hemos quedado sin aliados fuertes. No se nos respeta.

Las declaraciones de Karima Benyaich, la embajadora de Marruecos en España –“hay actos que tienen consecuencias y se tienen que asumir”-, son una afrenta en toda regla, una provocación vergonzante. La representante de Rabat en Madrid no se ha andado por las ramas: lo que ha pasado es un castigo a nuestro país. En ámbitos diplomáticos no salen de su asombro.

Una de las causas hay que buscarla en la composición de este Gobierno. El oponente ha percibido la debilidad de este Ejecutivo socialista fuera de nuestras fronteras, donde pocos entienden la alianza con comunistas y populistas, y el apoyo clave para la subsistencia que ofrecen independentistas y la izquierda abertzale que sostenía a ETA.

Por si esto fuera poco, Unidas Podemos lleva tiempo alimentando la ira del vecino alauíta: promueve desde Moncloa la autodeterminación del pueblo saharaui, reclama un referéndum de autodeterminación, impulsa la llegada de un representante de la ONU a la zona… y hasta ha conspirado en secreto organizando reuniones bilaterales con líderes del Frente Polisario.

La gota que ha colmado el vaso, como todo el mundo sabe ya, es la torpe decisión de aceptar la estancia hospitalaria en Logroño de Brahim Ghali, máximo representante precisamente del Frente Polisario y enemigo público número uno de Marruecos, acusado también de un presunto caso de abuso sexual.

Mientras tanto, el Gobierno ha quedado en shock. Estaba advertido, pero no esperaba una cornada de esta magnitud.

Pedro Sánchez se ha plantado en Ceuta para decir que habrá devolución inmediata de todo aquel que cruce la frontera. Por cierto: vaya papelón. ¡Devoluciones en caliente promovidas por un gobierno de izquierdas! Recuerden que cuando la derecha aplicaba esta política era puro fascismo, xenofobia y kilos de insolidaridad. Otra contradicción para la hemeroteca.

Pero insisto. Lo más grave es comprobar cómo Marruecos ha olido la presa y se ha lanzado a la yugular. Ha constatado la irrelevancia tan grande de España en ámbitos internacionales y se ha atrevido a lanzarnos una afrenta con pocos precedentes. Estados Unidos se ha posicionado junto a Marruecos. Francia nos ofrece apoyo puntual en política migratoria pero es aliado de peso de Mohamed VI. Nuestra ministra de Exteriores se llama Arantxa González Laya… ¿les suena? Pues así todo.

 

Es decepcionante.

Más en twitter: @javierfumero

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