Javier Fumero

Esperando la investigación de El País sobre abusos sexuales en el cine español

La actriz Jedet posa en la alfombra roja previa a la gala de la X edición de los Premios Feroz, en el Auditorio de Zaragoza.
La actriz Jedet posa en la alfombra roja previa a la gala de la X edición de los Premios Feroz, en el Auditorio de Zaragoza.

Llevo muchos años leyendo a diario El País. En líneas generales, con sus altos y bajos, me parece un periódico bien hecho. Creo que con el paso del tiempo ha ido a menos, pero todavía cobija a muy buenos profesionales de la información y el análisis. Pero en algunas ocasiones no me ha parecido honesto, honrado, lo suficientemente imparcial.

Me pareció bien que abriera una investigación para destapar los abusos a menores en la Iglesia española. Yo soy creyente y quizás por eso me duelen especialmente los atropellos que algunos sacerdotes han cometido en el pasado contra los más inocentes: los niños. Un escándalo y un horror. Por eso cuanta más luz se arroje sobre estos sucesos, mejor. Y toda ayuda es poca.

Sin embargo, observando el tono y tratamiento de los artículos y el ritmo de las publicaciones sobre esta cuestión siempre pensé que algunos periodistas de El País implicados en estas investigaciones parecían demostrar algo más que el simple deseo de dar a conocer unos hechos noticiosos a la ciudadanía.

Nunca vi ese mismo celo en ellos, por ejemplo, para destapar los abusos cometidos por voluntarios de ONG del mundo entero en países subdesarrollados: otra canallada aberrante, especialmente clamorosa por utilizar la indigencia de tantos y la ayuda humanitaria donada por personas de bien para forzar a mujeres y menores sin recursos. Recuerdo que un informe elaborado por el Parlamento británico alertó claramente de que se trataba de un “mal endémico”, no de hechos aislados. Una práctica habitual y extendida, practicada durante años y que afectaba a las más importantes organizaciones no gubernamentales. Sin embargo, nadie supo más de todo aquello. Se pasó sutilmente por encima y a otra cosa.

Estos días he vuelto a pensar lo mismo observando el tratamiento que le está dando el periódico del Grupo PRISA a la noticia de ese productor de cine español, declarado homosexual, que ha sido detenido tras las denuncias de varias personas que aseguran haber sido acosados en la fiesta que siguió a la entrega de los Premios Feroz. Lo poco que ha salido a la luz de este caso (no es la primera vez, hay más hechos silenciados, se explotaba una posición de dominio, hay miedo a testificar…) permite vislumbrar otro horror intolerable con muchos abusadores: el Me Too español.

Ya está tardando el periódico de Pepa Bueno en poner un teléfono de atención a las víctimas anónimas, en dedicar dos o tres periodistas de la redacción en exclusiva a esta materia, en publicar dos o tres noticias a la semana –con llamadas frecuentes en Portada- sobre la cuestión, en ir dando voz a los agredidos cada cierto tiempo con entrevistas a toda página, en exigir al Defensor del Pueblo una investigación conjunta…, en poner en marcha, en definitiva, un trabajo que permita pensar que a El País le interesa la verdad de las cosas. Toda la verdad, afecte a quien le afecte, sean amigos de la casa o no. Seguro que lo vamos a ver, tengan paciencia.

Más en twitter: @javierfumero

 
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