Javier Fumero

Feijóo utiliza una maniobra de lucha canaria

Alberto Núñez Feijóo durante su última rueda prensa al frente de la Xunta de Galicia
Alberto Núñez Feijóo durante su última rueda prensa al frente de la Xunta de Galicia

Asistí a varias luchadas en mi infancia, ese deporte canario que parece a mitad de camino entre el sumo japonés y la lucha greco-romana. Recuerdo que había dos cosas que entusiasmaban al público: a) ver enfrentarse a los grandes puntales (algo que se reservaba para el final de la contienda) y b) algo más excitante aún, contemplar la caída de un gigante a manos de un luchador de menor talla. Lo desproporcionado de esa batalla, en plan David contra Goliat, y lo heroico del resultado enardecía al público que entraba en éxtasis durante un buen rato.

En esas batallas desproporcionadas hay una estrategia que es mortal de necesidad: el uso de la fuerza desplegada por el más corpulento y pesado para derrumbarlo. Cuando el oponente ataca, se puede utilizar toda la inercia que desarrolla para hacerle el vacío, desequilibrarlo y dejarlo en el suelo. Exige una técnica muy depurada, pero es posible y muy vistoso.

Esta imagen me ha venido a la cabeza al contemplar el plan que está desarrollando Alberto Núñez Feijóo estas semanas. El PP acaba de apoyar la Ley de Seguridad Nacional en el Congreso y ha permitido que el Gobierno saque adelante ese proyecto sobre el que ya habían anunciado su voto en contra varios socios del Ejecutivo, ERC y Junts fundamentalmente. Pero no ha sido un movimiento puntual: hace unos días el PP también sumó sus votos a los del PSOE para rechazar la petición de crear una comisión de investigación sobre el ‘caso Pegasus’ que exigían los socios de Gobierno, jaleados por Unidas Podemos.

¿Por qué actúa así Feijóo? ¿No es mejor que Pedro Sánchez se desgaste con contundentes derrotas parlamentarias? ¿No es más rentable mostrar abiertamente a la ciudadanía la debilidad de los apoyos de quienes lo sostienen como presidente?

Quizás el líder gallego ha tenido en cuenta el dato que acaba de publicar el CIS: los españoles culpan en masa a los políticos actuales de la crispación general y están mayoritariamente a favor de los grandes pactos que necesita el país. Es decir, Feijóo está tratando de hacer caer el gobierno jugando a su favor para intentar desequilibrarlo al final del movimiento.

Utiliza para ello el apoyo puntual a políticas de Estado mientras va difundiendo esta consigna: “el PP nunca va a debilitar al Estado para perjudicar al Gobierno”. Después, confía en que la ciudadanía más moderada valore su apuesta por una política razonable, no radical, empeñada principalmente en buscar lo mejor para España.

Habrá que ver si esta táctica le funciona y Pedro Sánchez termina en el suelo.

Más en twitter: @javierfumero

 
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