Javier Fumero

Fieras y demonios si esta pandemia la estuviera gestionando el PP

Hospital Isabel Zendal
Trabajadores sanitarios se manifiestan frente al Hospital de Emergencias Enfermera Isabel Zendal (Madrid) para "exigir el freno al desmantelamiento de plantilla y recursos de los hospitales de la red pública".

El insólito comportamiento de algunos individuos hacia lo que está pasando en Madrid permite entrever, siquiera un poquito, lo que hubiera pasado en este país si le hubiera correspondido a un gobierno de derechas gestionar esta pandemia.

Si esta crisis sanitaria la hubiera tenido que afrontar el PP no sabemos exactamente lo que hubiera pasado. Imagino que habría tenido aciertos y errores, como ha sucedido con el Gobierno de coalición PSOE-Podemos. Esta situación es excepcional. Nadie había tenido que lidiar antes con algo parecido. Ni por asomo. Así que sólo se puede especular.

Sin embargo, algo sí podemos deducir ya atendiendo a lo que hemos visto estos meses. Habría existido, por ejemplo, una imponente campaña demoledora, de desgaste y oprobio, alimentada por colectivos que tratarían de pescar a río revuelto. Se trata de sujetos que no se detienen ante nada: por una ideología son capaces de recurrir a la guerra sucia. Y a los hechos me remito.

La campaña de acoso y derribo hacia la Comunidad de Madrid orquestada desde hace un año por determinados políticos, un puñado de medios de comunicación, varias plataformas cívicas, órganos sindicales y tertulianos llega a ser casi obscena por lo tendenciosa e injusta.

Lo sucedido concretamente con el Hospital Isabel Zendal es un claro ejemplo. Después de meses de crítica desproporcionada y salvaje ha llegado esta semana la guinda del pastel: ¡los sabotajes! Lo nunca visto. Los responsables del centro de emergencias acaban de presentar una denuncia ante la policía relatando un escenario más propio de una república bananera.

Se alude a cables cortados, inundaciones provocadas, enchufes desconectados de la red de ventilación, sabotajes de diversas máquinas, robo de material para impedir el trabajo ordinario… Todo ello con el único objetivo de provocar mucho malestar entre los pacientes y dañar la imagen de los promotores. Es decir, con un fin político. Es sencillamente repugnante.

Se ha puesto en peligro la vida de enfermos afectados por Covid que ocupan las camas disponibles en este centro. Pero eso no importa si se consigue la conquista diseñada desde capitanía: erosionar a un rival político.

Es un hospital público, que cubre una necesidad real. Se trata de aliviar de enfermos contagiosos la red hospitalaria de la capital, para que esta pueda seguir atendiendo a pacientes sin Covid. Otras autonomías han intentado algo parecido y, como en Valencia (liderado por un gobierno de izquierdas), han recurrido a auténticas chapuzas: tiendas con carpas de plástico al aire libre que dejaban helados a los enfermos y que tuvo que ser evacuado por las rachas de viento. Ocho millones de euros tirados a la basura.

¿Alguien ha visto eso en televisión? Nada, tres planos y medio. Lo que algunos programas tendenciosos emiten en bucle desde hace semanas son los supuestos fallos del Zendal de Isabel Díaz Ayuso, que no sabe hacer las cosas, que se equivoca tanto como habla, que diseña estructuras fallidas...

 

Repito: no quiero imaginar lo que hubiera sucedido si un equipo liderado por un representante de Ciudadanos, el PP o Vox hubiera estado al frente del Gobierno. El apocalipsis Zombi, por lo menos. Gracioso, pero lo cierto es que no tiene ninguna gracia.

Más en twitter: @javierfumero

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