La foto sí o la foto no

No sé qué pensar sobre la clásica visita del político de turno al lugar del drama, el dolor o la victoria en la que sale vistosamente retratado. Tengo sentimientos encontrados. Ahora el presidente Pedro Sánchez acaba de viajar a Kiev, poniendo en riesgo su vida, para mostrar su apoyo a Zelenski y los millones de ucranianos que sufren el azote de una guerra injusta. ¿Ha sido pura propaganda o un inestimable gesto de solidaridad? ¿Oportunismo o empatía? ¿Es una campaña de marketing o sensibilidad de la buena hacia el que más sufre?

No es la primera vez que me surge la duda. Por ejemplo, llamó mucho la atención que en dos años de pandemia jamás se viera al jefe del Ejecutivo visitar a un enfermo de Covid en un hospital español. Ni una sola vez. ¿No se quiso instrumentalizar el drama? ¿Se trataba de trabajar duro y evitar cualquier protagonismo? ¿Se dio prioridad a la seguridad del presidente y se evitó exponerlo a un contagio? ¿Y por qué esas reglas no valen ahora para esta visita a Ucrania?

Pedro Sánchez acudió varias veces a la isla de La Palma, para mostrar su solidaridad con los afectados por la erupción de Cumbre Vieja. Y tuvo que escuchar entonces las críticas de muchos palmeros: “menos venir a hacerse la foto y más celeridad en las ayudas a los damnificados”.

Si va, porque va. Si no va y se queda aconejado en La Moncloa, cómodamente instalado en su torre de marfil, porque no va.

Mientras tanto, el ‘book’ presidencial –esa especie de álbum con imágenes para la historia sobre su trayectoria en Moncloa- sigue engordando. Recuerden que tuvo su zénit con aquella instantánea precocinada y chusca, sentado junto a un asesor en el avión oficial, pertrechado con gafas de sol y con gesto de tipo enterado y super eficaz. Un horror.

Ahora el líder socialista ha confirmado que una productora española está trabajando en su propia serie de ficción, para acercar su figura al mundo. Estoy desconcertado.

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