Javier Fumero

Lo que le horroriza al PNV

El PNV salió este fin de semana en tromba contra la decisión del Gobierno de aplicar el artículo 155 de la Constitución. Urkullu llegó a decir que la medida “es desproporcionada, extrema y” –atención al dato- “que dinamita puentes”.

¿Qué ha pasado? ¿Qué inquieta tanto al PNV? ¿Por qué tantos nervios?

La clave es que en Cataluña se están jugando varios partidos. Hay muchos intereses en juego y la actitud del PNV es un ejemplo. No se está contando, al menos abiertamente, la situación de pánico y convulsión que el desafío independentista está provocando en Ajuria Enea.

Hay nervios y conmoción en el nacionalismo vasco, que llevaba semanas desplegando una presión total para evitar que el Gobierno aplicara el artículo 155 de la Constitución. Se ha trabajado en varios frentes.

En primer lugar, anunciaron la ruptura con el Gobierno en la negociación sobre los Presupuestos de 2018. No sirvió de nada. Después, se desplazaron hasta Bruselas para intentar descalificar la presión del Estado sobre Cataluña. No consiguieron nada relevante. Merkel y Macron les dieron con la puerta en las narices. Además, han desplegado una campaña de presión sobre Puigdemont y la llamada ‘Convergencia sensata’ para que evitaran una Declaración Unilateral de Independencia. También ha sido en vano.

¿Cuál es el problema de fondo?

Muy sencillo. El PNV considera un paso gravísimo para su propia subsistencia futura la aplicación del artículo 155. Urkullu y sus predecesores llevan años obteniendo prebendas de Madrid a base de amagar con medidas extremas: si no me das lo que te pido, agito a mis bases y aliento una buena campaña independentista en el País Vasco que te provocará, al menos, un fuerte dolor de cabeza.

En caso contrario, si Madrid se muestra razonable, si accede a seguir mejorando el cupo, nos trae la línea de Alta Velocidad, si ofrece nuevas ventajas fiscales en el IRPF y en los impuestos de sucesiones, donaciones y sociedades, yo contengo a la bestia y la vuelvo a meter en la jaula durante una larga temporada.

Ahora todo esto va a cambiar. Cuando el Gobierno español aplique el 155, se habrá roto un tabú… sin excesivo coste político: es posible intervenir una comunidad autónoma díscola y que no se caiga el mundo. De hecho, en estos momentos hay un clamor popular a favor de su aplicación. Está más que justificado.

 

Se acabó, en este preciso instante, una importante baza negociadora para los nacionalistas. La próxima vez que el PNV amenace con la independencia, con sacar a la fiera de la mazmorra, bastará recordarle lo sucedido en Cataluña. Tú verás si quieres desangrarte como tus vecinos del norte.

De ahí, el estado de conmoción que existe en el PNV. Están poniendo sus propias barbas a remojar. El futuro no es muy halagüeño para los nacionalismos.

Más en twitter: @javierfumero

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