Javier Fumero

A la izquierda del ring, Pablo Iglesias

Ahí está. Te mira fijamente, con rostro serio, retador, enfundado en unos guantes de boxeo. De esta guisa, aparece Pablo Iglesias en el último número de la edición española de la revista Vanity Fair que llega estos días a los quioscos.

Responde a las preguntas de un breve cuestionario enviado por los periodistas, para un reportaje sobre varios rostros en alza dentro del panorama político nacional titulado “Asalto al poder”. Aparecen también Alberto Garzón, Pedro Sánchez, Ada Colau, Tania Sánchez, Borja Sémper, Albert Rivera

El gesto pugilístico parece ser una respuesta a la pregunta sobre las polémicas investigaciones que hay en curso contra sus compañeros en Podemos:

-- “Yo conocía todo lo que se ha escrito sobre Monedero y Errejón. Son actividades públicas. Es normal que nos saquen todo tipo de barbaridades. En Podemos sabemos que cualquier cosa de tu vida la pueden utilizar contra ti”.

Él, por si acaso, se pone en guardia. Aunque poco después sorprende cuando se le pregunta con qué personaje público se identifica.

-- “Hombre, no soy como Jesucristo, pero a mí la interpretación que hace Francisco del Evangelio me convence. Creo que ahora mismo Bergoglio y yo estamos en la misma barricada”.

¿Demagogia? ¿Marketing? ¿Diplomacia? ¿Fullería?

Mientras el chico se hace estas fotos, la partitocracia sigue sin enterarse de qué va la fiesta, La nueva política exige arremangarse, provocar la cercanía y complicidad con los ciudadanos, utilizar las nuevas tecnologías, mostrar empatía con la gente de la calle, mimar lo audiovisual, buscar la movilización a través de las redes sociales…

De momento, parece que el asalto al poder se decidirá a los puntos. Pero cualquier observador imparcial concluiría que el combate lo va ganando el chico de la coleta, el púgil situado a la izquierda del ring.

 

Más en twitter: @javierfumero

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