Javier Fumero

Si te llama Félix Bolaños

El ministro de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, Félix Bolaños, interviene durante una sesión de control al Gobierno en el Senado
El ministro de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, Félix Bolaños, interviene durante una sesión de control al Gobierno en el Senado

El suceso tuvo lugar el pasado miércoles, durante una rueda de prensa de Aitor Esteban en una sala del Congreso de los Diputados. El diputado y portavoz del PNV estaba explicando a la prensa la postura de su partido en la negociación de los Presupuestos cuando le empezó a sonar el móvil.

Esteban se apresuró a pedir disculpas mientras sacaba del bolsillo de su chaqueta el terminal. En ese momento, se escuchó a uno de los periodistas asistentes decir en voz alta: “¡Bolaños!”. La respuesta del diputado del PNV después de mirar la pantalla del teléfono fue sorprendente: “Pues sí, mira tú”, provocando las risas de los presentes. “Luego hablamos, luego hablamos”, remató Aitor Esteban mientras lo apagaba.

La escena sirve como botón de muestra del papel que ha jugado el ministro de la Presidencia en la aprobación de estos Presupuestos Generales del Estado tan importantes, que le aseguran a Pedro Sánchez poder terminar la legislatura: las cuentas públicas podrán ser prorrogadas sin problema el último ejercicio si, como es previsible, los socios hacen saltar por los aires en ese momento las actuales alianzas para evitar cualquier desgaste de cara a las elecciones generales.

El papel de Félix Bolaños ha sido ese: negociar en la sombra, buscar acuerdos, favorecer acercamientos, limar asperezas… entre formaciones muy dispares. Es un trabajo complejo, para el que no vale todo el mundo. Hace falta inteligencia, discreción, paciencia, humildad, picardía y mucho don de gentes. Parece que la mano derecha de Pedro Sánchez reúne todas esas condiciones.

El propio presidente del Gobierno habla de él así: “Era y seguirá siendo uno de mis principales colaboradores. Es un hombre preparado, tenaz y eficaz, que conoce como pocos las estructuras y el funcionamiento del Gobierno”, afirmó Pedro Sánchez el pasado verano en la presentación de los nuevos ministros ante los medios de comunicación.

A él se le atribuyen algunas de las operaciones más complejas e importantes del Ejecutivo:

a) Apareció por primera vez en horario de máxima audiencia en las televisiones cuando dirigió la exhumación de los restos de Francisco Franco del Valle de los Caídos. No sólo gestionó todo el proceso, sino que actuó de enlace con la familia del dictador.

b) Dirigió el equipo jurídico que diseñó y armó la argumentación de los indultos concedidos por el Gobierno hace cinco meses a los líderes del ‘procés’.

c) Ha sido el interlocutor de Moncloa con el PP que ha logrado cerrar la renovación del Tribunal Constitucional, del Tribunal de Cuentas, del Defensor del Pueblo y la Agencia de Protección de Datos.

 

Dicho esto, Bolaños es humano. Quiero decir que no todo su trabajo ha terminado en éxito. Citaré dos casos significativos. Gracias a su buena interlocución con Ciudadanos tuvo bastante protagonismo, junto a Ábalos y Santos Cerdá, en la operación de Murcia que intentó descabalgar al PP de la presidencia regional… y que acabó como el Rosario de la aurora y una durísima derrota en Madrid.

Tampoco ha salido muy bien parado de la argumentación jurídica empleada para diseñar los estados de alarma aprobados en el Congreso. El Tribunal Constitucional ha anulado ese instrumento y lo ha calificado de abusivo por limitar la actuación parlamentaria y excederse en las prórrogas que permitieron el confinamiento y las duras restricciones a la población.

Sea de ello lo que fuere, podemos decir que tenemos a Bolaños en un gran estado de forma.

Más en twitter: @javierfumero

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