Javier Fumero

Llegar al Gobierno y pof: amnesia

Pablo Iglesias y Pedro Sánchez en  La Moncloa.
Pablo Iglesias y Pedro Sánchez en La Moncloa.

La situación es de lo más extraña. Dedican tiempo a proclamar sus principios, los presentan como innegociables y venden en campaña electoral la bondad del apoyo a ese modo de abordar cuestiones de gran calado.

Los ciudadanos analizan las propuestas y, convencidos, les dan su voto. El día de las elecciones esperan con ilusión que aquellos por los que han apostado salgan elegidos. Entienden los votantes que hay mucho en juego: por ejemplo, esos planteamientos tan atractivos que les convencieron. Y finalmente sí, hay una mayoría de españoles que coinciden en que los próximos gobernantes sean esos que les sedujeron. Manos a la obra.

Sin embargo, ay madre, cuando llega la hora de la verdad, es tocar el poder, pillar cacho, empezar a dirigir el Boletín Oficial del Estado… y donde dije digo, digo Diego. ¡Pof! Nadie parece acordarse de las promesas realizadas. Sin mucho rubor, se desdicen de lo dicho. Ahora no conviene aquello. Es sorprendente.

Ha pasado más veces, no echo la culpa sólo a este Gobierno. Pero hoy tengo dos casos flagrantes sobre la mesa, que no dejan en muy buen lugar al actual gobierno de coalición:

UNO. El PSOE se comprometió a no elegir a dedo el presidente de EFE. Así aparecía recogido en una resolución aprobada por la Ejecutiva Federal del PSOE en abril de 2018. En ese escrito aseguraba que se presentaría “una Proposición de ley en la que se regule la elección de su presidente –el de EFE– por una mayoría cualificada del Congreso de los Diputados”.

Además, los socialistas se comprometieron con Fernando Garea, el presidente que acaba de ser destituido, a que su sucesor saliera de una votación en el parlamento y no de una designación graciosa desde Moncloa. Sin embargo, este lunes se anunció el nombramiento de Gabriela Cañas como su relevo. Sin votación, ni consenso, ni nada: con un dedazo presidencial.

DOS. Podemos llevaba en su programa electoral cambiar el sistema de elección del CGPJ. Esta es otra de las cuestiones que, cuando un partido llega al poder, parece provocar ataques de amnesia. Concretamente Podemos se comprometió en 2018 ante sus electores a lo siguiente: “Establecer la elección directa por parte de la ciudadanía de los quince miembros del CGPJ, quienes serán elegidos entre jueces y magistrados, fiscales, secretarios judiciales y juristas de reconocido prestigio con al menos diez años de experiencia profesional y que, asimismo, hayan sido avalados por asociaciones, sindicatos o plataformas ciudadanas”.

Es decir, nada de pasteleo entre partidos políticos para designar a los miembros del órgano que gobierna a los jueces. Sin embargo, meses después, empezaron a negociar el reparto de puestos con el resto de partidos. La explicación que ofreció Podemos entonces fue la siguiente:

-- “Aunque nosotros llevemos en nuestro programa electoral cambiar el sistema de elección del CGPJ, lo que hay en estos momentos es un Congreso plural. Por tanto, nos parece una cuestión de responsabilidad participar de todos los órganos institucionales que haya en este país para que las cosas que estamos criticando dejen de pasar”.

 

No se lo pierdan. Lo mejor para acabar con que algo que se hace mal no es dejar de hacerlo: es zambullirse en él. Al parecer, estamos ante una enfermedad peor que el coronavirus. Se propaga a gran velocidad, afecta a todas las clases sociales y, lo que es peor, nadie se responsabiliza de ella. Sigue contagiando a sus víctimas sin que nadie le ponga remedio.

Quizás es para hacérselo mirar.

Más en twitter: @javierfumero

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