Javier Fumero

Los medios de comunicación ya no somos creíbles

Periódicos apilados.
Periódicos apilados

Se me acercan bastantes conocidos de un tiempo a esta parte para decirme que han dejado de seguir las noticias, al menos de forma tan regular como hacían antes. La explicación que ofrecen es que están agotados, desanimados y con un creciente pesimismo que achacan precisamente al consumo de información.

Al parecer, algunos han aprovechado este verano para desconectar del telediario, de los boletines de radio, de las páginas webs de información diaria… y han notado un cambio notable: aseguran que haberse centrado en la realidad cercana, también con sus luces y con sus sombras pero más asequible, les ha supuesto un tremendo alivio. Están más contentos, relajados, y pretenden seguir actuando igual en los próximos meses.

También he tomado nota de otros dos comentarios frecuentes, que explicarían a su vez esta saturación informativa:

a) Los medios de comunicación ya no les parecen fiables, han perdido credibilidad. A los periodistas se nos acusa de habernos convertido en defensores de ideologías, de testigos de parte. Estaríamos usando las noticias para captar adeptos para nuestra causa. Parece, por tanto, que hay ciudadanos desencantados con nuestro trabajo. Ya no piensan que la prensa se esté esforzando por contar lo que pasa, intentando mostrar los sucesos tal y como son, sin mezclarlos con opinión.

b) La necesidad de captar a la audiencia (y robársela al periódico vecino) está derivando en la elección de titulares cada vez más escandalosos, llamativos, y que dramatizan en exceso. Por otro lado, se tiende a cargar las tintas sobre hechos negativos, previsiones pesimistas o advertencias catastrofistas. Eso, dicen los lectores, también desgasta, agota, cansa. Y convierte a los medios de comunicación en instrumentos tóxicos, que terminan por arrebatar el sosiego a las personas.

Llevo semanas intentando digerir esto. Yo mismo, como usuario regular de otros medios, comparto bastantes de estas críticas. Por eso mismo el diagnóstico resulta tan interesante. Me siento particularmente sensible, por ejemplo, al abuso del denominado ‘clickbait’, el anzuelo tramposo en titulares para captar lectores. Se hurta la información del encabezamiento y se elige una frase lo más seductora posible que, para colmo de males, en demasiadas ocasiones defrauda respecto al contenido que esconde dentro.

Pero lo más grave de todo es, a mi juicio, esa enmienda a la credibilidad de los profesionales de la información y la irrupción del periodismo de trinchera. Como el cliente siempre suele tener razón, doy por buena la acusación. Y eso significa, Houston, que tenemos un problema. Y grave. Es muy fácil perder la confianza de las personas pero se tarda años en recuperarla.

Más en twitter: @javierfumero

 
Portada
Comentarios
Envíanos tus noticias
Si conoces o tienes alguna pista en relación con una noticia, no dudes en hacérnosla llegar a través de cualquiera de las siguientes vías. Si así lo desea, tu identidad permanecerá en el anonimato