¡Cuatro millones!

Estos días han desfilado por Moncloa algunos gurús de la demoscopia. Ya saben: esa ciencia tan cuestionada desde hace varios años al vaticinar cosas que nunca se cumplieron. Sin embargo, me dicen que Rajoy ha visto esta vez a algún experto especialmente fiable.

El principal dato que desvela la macroencuesta encargada por Mariano Rajoy para las europeas y que ha pagado Génova 13 asegura que, en estos momentos, hay cuatro millones, cuatro, de votantes indecisos.

El sondeo revela que un tercio de los españoles que van a votar el próximo día 25 no tienen decidido qué papeleta depositarán en la urna.

Esto indica que hay mucha tela que cortar. En estas dos semanas de campaña se va a producir un importante esfuerzo de las formaciones por convencer a los ciudadanos de que ellos son la mejor opción.

¿Por qué tantas dudas? Aventuro aquí algunas causas posibles:

-- Los españoles están hartos de la clase política española. Los ciudadanos consideran que nuestros representantes no están a la altura. No dan la talla. No quieren abstenerse porque consideran un deber social elegir a sus políticos pero no es fácil discernir quién se merece la papeleta.

-- Hay muchas dudas sobre la rectitud y moralidad de algunos partidos políticos. ¿Sus líderes buscan el bien común? ¿De verdad?

-- No se está explicando bien la trascendencia de lo que aquí se decide. Fallan las explicaderas de las instituciones y organismos nacionales e internacionales.

-- Escándalos como el caso Bárcenas (en el PP), la trama de los ERE falsos (PSOE andaluz) o las facturas falsas de UGT en Andalucía salpican a derecha e izquierda. No es fácil optar por alguna alternativa y la abstención tampoco convence.

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