Ni Juegos Olímpicos, ni conejos de la chistera

No me ha gustado el primer mensaje que ha enviado José Luis Martínez-Almeida a los madrileños nada más ser elegido alcalde de Madrid: la posible candidatura para los Juegos Olímpicos de 2032.

Vamos a ver. Ya lo dije en mi comentario anterior: España necesita políticos expertos en la gestión de la cosa pública, ambiciosos, magnánimos pero muy pragmáticos, cercanos al ciudadano y con capacidad para solucionar problemas. Este es el perfil idóneo de un gran alcalde, de un gran presidente del gobierno.

Por eso, la opción de recuperar el “sueño olímpico” no debe ser una prioridad. Ni siquiera me parece bien que se utilice para recobrar la ilusión de nadie.

Si algo hemos tenido estos años de gobierno populista son ocurrencias. Mucho carril bici, mucho patinete, mucho Madrid Central, pero no se ha ejecutado el presupuesto. Y campos donde invertir hay a espuertas: vivienda pública, sanidad, dependencia, fomento del empleo y de la inversión privada, infraestructuras…

Ahí es donde hay que centrar el tiro. Al menos, por ahora. Por eso me gustaría un alcalde eficaz, de pocos gestos, mucho trabajo, capaz de cerrar acuerdos de amplio respiro y tomando decisiones clave para el desarrollo y modernización de la ciudad. Alguien más bien gris, que hable poco y haga mucho. Que se centre en asunto mollares de la mañana a la noche.

Más adelante, cuando la ciudad esté creciendo en los índices principales, cuando se hayan visto los primeros resultados, ya habrá tiempo de pararse a valorar la conveniencia de competir por unos Juegos. Ahora, ese desafío no toca. Hay mucho tiempo que recuperar.

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