Javier Fumero

No hay burbuja, no hay burbuja

Edificios en construcción en Pozuelo de Alarcón (Madrid).
Edificios en construcción en Pozuelo de Alarcón (Madrid)

Hace unos días, estuve charlando un rato largo con un directivo. Se dedica al negocio inmobiliario y no le va nada mal. Vive, por tanto, de analizar los mercados, de fijarse en las tendencias, de escuchar a los expertos, de realizar pronósticos normalmente acertados.

Le pregunté por la desaceleración económica y por España. Lo que me dijo me pareció muy interesante y lo quiero compartir con ustedes:

-- Algunos indicadores, efectivamente, confirman que España está frenando su crecimiento económico. Hay síntomas claros de ralentización. Pero el problema no es grave.

-- Basta ver cómo está la prima de riesgo –en 72 puntos básicos- para constatar que los inversores confían en España. No hay elementos que hagan pensar en un batacazo como el que sufrimos en el año 2012. En esa ocasión este indicador alcanzó la cifra récord de 638 puntos. La diferencia es notable.

-- La clave de esta confianza está en que los datos confirman que en España ya no hay burbujas. Ninguna. La que estuvo muy cerca de llevarnos por delante fue la del sector inmobiliario. Había endeudamientos de locura, bancos atrapados en créditos que no iban a cobrar nunca, particulares y empresas especulando de forma masiva con terrenos y propiedades, familias solicitando créditos hasta para salir de vacaciones… un sistema inflado y falso que se desplomó de golpe.

-- Por concretar un poco y que se vea lo diferente de la situación, en estos momentos hay identificadas hasta 14 provincias españolas importantes que llevan siete años (desde la crisis) sin realizar ninguna operación inmobiliaria relevante. Ninguna. Ni para adelante, ni para atrás: ni construcción, ni compras, ni ventas. Eso significa que allí nadie está entrampado. Ni las instituciones, ni los bancos, ni los particulares.

-- Pero es que en el resto de España, se cuentan con los dedos de una mano las promociones. Es decir, todo se mide mucho más y quien se endeuda tiene los pies en el suelo: ingresos regulares, poder adquisitivo creciente, etc.

-- Los españoles han hecho dos cosas muy bien a raíz de la durísima crisis de hace siete años: a) han virado sus negocios hacia el exterior; y b) se han vuelto muy prudentes. Consecuencia: la economía española es fuerte porque ya no depende tanto de la actividad interna (ojo, que esto tiene una contrapartida no tan positiva: está expuesta, más que antes, a los vaivenes de fuera). Y es fuerte porque no hay inversiones a lo loco.

Por todo lo anterior, concluía este ejecutivo, su pronóstico es bastante positivo sobre el futuro económico del país y de los españoles.

 

Más en twitter: @javierfumero

Portada
Comentarios
Envíanos tus noticias
Si conoces o tienes alguna pista en relación con una noticia, no dudes en hacérnosla llegar a través de cualquiera de las siguientes vías. Si así lo desea, tu identidad permanecerá en el anonimato