Javier Fumero

Ojo, cuidado: España marcha mejor sin gobernantes

Congreso de los Diputados.
Congreso de los Diputados.

Una de las primeras conclusiones que he sacado a mi regreso de las vacaciones es que la clase política española se enfrenta a un problema: España parece haber confirmado que el país podría prescindir, en un momento dado, de toda su clase política sin grave perjuicio general. Si esto es así, algunos deberían poner sus barbas a remojar.

Algunos recordarán lo que sucedió en Bélgica cuando aquel país se enfrentó a 541 días sin Ejecutivo, un nuevo récord del mundo en este apartado. Corría el año 2011 y lo más llamativo fue que la economía y la sociedad belga siguieron adelante durante ese tiempo y tuvieron un comportamiento equiparable al de sus vecinos europeos. El crecimiento, el desempleo y las cuentas públicas evolucionaron incluso mejor que la media de la eurozona.

Al final, como es fácil suponer, la falta de medidas estructurales fue lastrando la economía. Los mercados se fueron poniendo nerviosos —con la crisis del euro en su apogeo— y los tipos de interés de la deuda pública belga se encaramaron a niveles peligrosos. Una rebaja de la calificación de Standard & Poor’s acabó forzando a los partidos a llegar a un acuerdo de Gobierno y surgió una gran coalición de seis fuerzas políticas.

Volviendo a España quiero comentar estos dos periodos recientes, de cierta duración, que hemos pasado con un gobierno en funciones. Sucedió hace cuatro años con Mariano Rajoy y ha vuelto a pasar ahora con Pedro Sánchez.

Es cierto que los últimos días la economía española ha enviando señales claras de ralentización. Los servicios, el gran motor de la actividad y el empleo en los años postcrisis, empiezan a perder temperatura al verse arrastrados por el parón en la industria, según el índice PMI de julio.

Como ha señalado algún analista, el penoso dato de paro del mes pasado o la caída constante en la venta de coches alimentan la sensación de que España entra en una nueva fase económica plagada de incertidumbres. Y por si todo esto fuera poco, la autoridad fiscal independiente (AIReF) confirmó el pasado lunes que el PIB mantendrá en la segunda mitad del año un avance trimestral de medio punto, lo mismo que en el periodo abril-junio.

No son buenas noticias. Sin embargo, insisto, hay que tener en cuenta que este país lleva casi un año sin aplicar medidas de gran calado. A pesar de ello, el país parece preparado para seguir adelante, ajeno a las ocurrencias y pasteleos de nuestros políticos. Esto confirmaría que nuestra nación ha evolucionado en la dirección correcta: está sostenida por una base social responsable y competente que favorece la estabilidad.

Ojo, cuidado, insisto. Si esto es así, si esta hipótesis se confirma, los españoles podrían empezar a pensar (si no lo han hecho ya) que quizás nos podríamos empezar a ahorrar a toda nuestra clase política.

Más en twitter: @javierfumero

 
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