Orgulloso de nuestros militares

Despegue del primer avión para repatriar a españoles en Afganistán. Foto: Moncloa / Álvaro López.

En días como estos me parece justo recordar el papel que juegan los militares en un país y la espléndida misión que realizan. Con su abnegación, profesionalidad y heroísmo en muchos casos, salvan vidas de inocentes, defienden los derechos humanos y protegen el bien común.

Lo digo siempre que tengo ocasión: es de bien nacido ser un hombre de paz. Claro que sí. Las guerras son un horror. No entiendo a quien disfruta viendo cómo se multiplican los conflictos armados, donde sufren siempre los más vulnerables y muy pocas veces se logran los objetivos que se propuso el que inició las hostilidades.

El uso de la fuerza debe ser el último recurso, la bala final contra abusos, atropellos e injusticias. Así es para cualquier hombre sensato, que ama la concordia y busca siempre agotar las vías del diálogo. Los ejércitos están, a mi modo de ver, para desplegarse en esa fina línea donde el desatino limita con la cordura, pero por el lado de allá.

Porque hacen falta unas Fuerzas Armadas de carácter disuasorio y con fines ‘restitutivos’. Si algún descerebrado considera la idea de atacar nuestro territorio, a nuestros ciudadanos, al orden político, social y jurídico que nos hemos dado, resulta muy conveniente disponer de un cuerpo bien afinado para responder a esas amenazas externas.

Si algún desalmado intenta oprimir a otras personas, vulnerar sus derechos y tratarlos como animales, resultará útil contar con esa misma estructura para plantear, de acuerdo con otros países, la conveniencia de intervenir fuera de nuestro territorio en defensa de la dignidad de esos extranjeros. Será una herramienta para restituirles el honor perdido.

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Por eso digo que estoy orgulloso del trabajo del Ejército español y los agentes de Policía y Guardia Civil que han estado desplegados en Afganistán. Han sido movilizados en condiciones extremas, podían haberse vuelto hace una semana en el primer avión que vino para España. Pero eligieron seguir allí.

Se han jugado la vida por rescatar a españoles y afganos que han estado estos veinte años en aquella tierra ayudando a nuestro país y estaban amenazados. A mi modo de ver, no hay dinero que pague este servicio que han hecho.

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