¡Otra campaña electoral!
¿Las elecciones son convenientes? Por supuesto. ¿Constituyen, como se suele decir, la fiesta de la democracia? Sí. ¿Benefician a la sociedad? No cabe duda. Sin embargo, ir tomando constancia estos días de que se nos viene encima otra campaña electoral, con todo lo que ello supone, me pilla un poco cansado.
Los principales partidos políticos han planteado estos comicios en Andalucía como una contienda de carácter nacional. Fue lo que sucedió en Madrid hace un año y algo parecido (aunque en menor medida) tuvo lugar en Castilla y León hace unos meses.
Pero Andalucía es pieza de caza mayor. Una plaza tremendamente estratégica. Por lo que Pedro Sánchez, Alberto Núñez Feijóo, Yolanda Díaz y Santiago Abascal van a poner toda la carne en el asador en esta cita con las urnas. Hay mucho en juego.
Así que prepárense. Habrá de todo: una nueva ristra de discursos emocionados, eslóganes ocurrentes, promesas sin cuento, sondeos más o menos atinados, anuncios rimbombantes, sorprendentes giros de guión, conejos de la chistera… Mi temor es que el show de la política termine erosionando definitivamente la confianza de los ciudadanos en sus servidores públicos.
Porque esos días sale a la luz lo peor de la política: esa sensación de estar asistiendo a un mercadeo, a una feria con casetas de empresas que te intentan vender la burra: el mejor seguro, la conexión más fiable, la cobertura más amplia, el mejor dividendo. ¿Será verdad?
El 3 de junio comienza la campaña electoral y los fuegos artificiales por ver quién consigue mandar en la Junta de Andalucía. Paciencia.
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