Javier Fumero

Pablo Casado es optimista: tiene una oportunidad

Pablo Casado, el pasado mes de agosto.
Pablo Casado, el pasado mes de agosto.

Conjurado el tamayazo y amarrados bien los últimos flecos, Pedro Sánchez ha logrado los votos necesarios en el Congreso para ser investido este martes presidente del Gobierno. El PSOE se ha dejado pelos en la gatera de una negociación con trampa, eso pocos lo pueden negar. Pero veremos si de ello se deriva un coste real en las urnas, más adelante.

Por lo pronto, el socialismo se enfrenta a un consejo de ministros plagado de minas, con duras escenificaciones de acercamiento al independentismo y con un horizonte legislativo y presupuestario de difícil maniobrabilidad.

Mientras tanto, Pablo Casado respira aliviado. Sí, porque en el caso de que PSOE, Podemos y ERC hubieran errado el tiro, se iba a abrir el obligado melón de una abstención del PP por responsabilidad y sensatez. Una abstención que debía evitar otra cita electoral. De ahí tampoco se salía vivo, advertían desde el PP.

Ahora en la calle Génova se frotan las manos. Alguno asegura que ha comprado palomitas de maíz porque el espectáculo –pronostican- va a ser tremendo. A los Ministerios llegan políticos con muy poca cualificación: no están capacitados para el cargo, ni mucho menos. Les falta temple, prudencia y saber estar.

Se cita sobre todo al propio Pablo Iglesias, que en el pasado no soportó la presión mediática y tuvo que desaparecer durante meses de la primera línea política. Y se cita también a Irene Montero. Con el foco centrado en ellos las 24 horas del día –explican desde el PP- van a generar muchos desencuentros, pifias y bochornos con los que tendrá que lidiar el propio Pedro Sánchez.

El PP tendrá tiempo, mientras tanto, para rearmarse. Necesita baquetear a su propia plantilla que tampoco ha dado muestras de ir sobrada de preparación durante este año y medio de oposición. Su objetivo más importante es seguir ganando terreno a Vox hasta convertirse en el antagonista principal del Gobierno.

No hay alarmismo, por tanto, en la dirección del Partido Popular. Este gobierno, explican, es de mecha corta. No pasará de los dos años en el mejor de los casos. Y en ese tiempo no se pueden cometer muchas tropelías. No hay espacio para aprobar leyes que conviertan este país en un erial, como algunos pronostican.

Como se puede ver, en el PP hay más optimismo que temor ante el periodo político que se avecina. Pablo Casado tiene una oportunidad.

Más en twitter: @javierfumero

 
Comentarios
Envíanos tus noticias
Si conoces o tienes alguna pista en relación con una noticia, no dudes en hacérnosla llegar a través de cualquiera de las siguientes vías. Si así lo desea, tu identidad permanecerá en el anonimato